El Alto Sil comprende una difusa comarca situada en el noroeste de la Provincia de León, que linda con los Ancares hacia el Oeste, con Laciana y con el ya asturiano concejo de Degaña por el Norte, con Omaña al Este y con el Bierzo por el Sur. Es un área muy montañosa, de abruptos y escarpados valles surcados por numerosos arroyos tributarios del Sil, rodeados de cumbres que rondan los dos mil metros, siendo una de las mejores zonas oseras de toda la Provincia, a pesar de las numerosas explotaciones mineras de carbón que han subsistido hasta estos últimos años en activo.
Tejedo del Sil,
Teixeu en el dialecto patsuezu del leonés que aún pervive en la zona, es uno de los numerosos pueblos que se arrincona en un valle lateral de la cuenca del Sil, situado a unos 1.100 metros de altitud, se recuesta en las faldas del Miro de Tejedo, que con sus 1.845 metros separa este valle de los cercanos pueblos de Caboalles de Abajo y de Arriba.
El camino de las brañas de Tejedo, nace en el mismo pueblo, siguiendo el curso del
río Fontaninas, que da nombre al bucólico valle, atravesando una densa y rica masa forestal que alberga un buen mosaico de las más representativas especies arbóreas de la Cordillera Cantábrica, fresnos, abedules, serbales, acebos, tejos, hayas, robles, avellanos...
A escasos tres kilómetros del pueblo, salvando un desnivel que apenas llega a los 100 metros, se encuentra la primera y más grande de las brañas, la de Fontaninas, que aún conserva seis o siete construcciones en buen estado, aquí llamadas "cabanas". Estos antiguos asentamientos, las brañas, habituales en el noroeste leonés y el suroccidente asturiano, servían de aproximación a los vecinos de los pueblos durante los meses en los que la nieve se retiraba de los pastos de altura como segunda residencia para el cuidado del ganado, haciendo vida nómada en estas viviendas en las que se trasladaban con los enseres domésticos durante parte de la primavera, el verano y el comienzo del otoño:
Tras esta primera braña, el camino sigue ganando altura poco a poco, remontando el valle por encima del arroyo, al fondo asoma el
Cuetu ´l Osu (1.902 m.), sugerente nombre, no es difícil imaginar al plantígrado campando a sus anchas por estos frondosos y extensos pagos:
Los pastos, la verdadera razón de ser de estas brañas, se acurrucan a la orilla del arroyo en la limitada ribera herbosa que gana terreno al tupido monte arbolado. Poco ganado queda ya disfrutando ya de estos parajes, que progresivamente son invadidos primero por arbustos, luego por el bosque:
Tras una breve subida, por encima ya de los 1.350 metros, se llega a la braña de
Vistuel, atípica por la forma en la que se recogen las cabanas, aprovechando un limitado espacio que ofrece el terreno;
El recorrido, apto para todo tipo de caminantes, en el que se salva un escaso desnivel de cuatrocientos metros en unos cinco kilómetros de distancia, puede prolongarse hasta la cercana braña de
Camposagrado, una extensa planicie donde hay un refugio público, bien acondicionado y con fuente. Es una estupenda forma de acercarse a conocer alguna de las muchas brañas que subsisten por la comarca, en un entorno natural que especialmente en estos días de otoño, ofrece una agradecida recompensa para los sentidos.
Saludos.