Niños y niñas:
Si salís al campo, especialmente si vais solos, no olvidéis nunca llevar un teléfono móvil. U os puede ocurrir lo que a la vaca de esta historia.
(Historia que por cierto contiene fotos de muy mal gusto. Así que si acabáis de comer o los informativos de Antena 3 no os terminan de convencer, abandonad la página y quedáos tranquilos)
Rondaba yo hace unos días zonas especialmente aisladas y agrestes de la parte más olvidada de la ya de por sí olvidada provincia de La Rioja, dándome así un agradable paseo fotográfico por una zona pintoresca. Cuando...
Paseaba en concreto las cercanías de Valtrujal –interesante despoblado- y quería vadear el Barranco de Arrejalón –tributario del Jubera-, para buscar un buen encuadre para unas fotos. El terreno era escarpado, rocoso, la vegetación punzante, pero finalmente encontré, algo arañado por las zarzas, cómo bajar hasta el barranco. Toda la escena transcurría ante la atenta mirada de un macho cabrío (un auténtico cabronazo) al que no le gustaba que me acercara tanto a sus dominios y amenazaba con amochar.
Llegué al sitio, hice mis fotos de Valtrujal –muy bonitas, os las enseñaré-. Y al volver, para vadear de nuevo el Barranco pensé que estaba haciendo un gran descubrimiento paleontológico, pues ahí, aguas abajo, había unos restos óseos que eran sin lugar a dudas de un dinosaurio. Mirad lo que vi (parte derecha de la foto, en el río):
Ahí al fondo, aguas abajo del río, en una cubeta, había unos restos de algo muy grande. Las vértebras recordaban a las de los museos de Historia Natural.
Me acerqué con mucho cuidado, pues las rocas eran resbaladizas y las pendientes muy pendientes. Ajá. El caso parecía resuelto y no habría descubrimiento paleontológico. Sólo era una vaca.
El bicho probablemente andaba por ahí pastando y resbaló. Al caer probablemente se rompería las patas, pues cayó desde una altura de dos metros. De hecho se veían las patas en una postura retorcida y aunque no quise indagar más -aquéllo apestaba-, seguramente los huesos estarían hechos papilla.
Es curioso el proceso de putrefacción que estaba llevando, pues la parte expuesta al aire había perdido casi toda la carne, mientras que la parte sumergida la conservaba, si bien convertida en una especie de masa fangosa adherida a los huesos. Se apreciaban perfectamente todas las formas, como las patas y el nacimiento del rabo. Vedlo en la siguiente foto, que es bastante imporesionante:
El proceso de putrefacción ha sido así probablemente porque la parte superior ha sido arrancada por los carroñeros, mientras que la inferior no ha sido comida por peces pues al parecer no los hay en este arroyo, por ser tan intermitente. Además, al estar muy cerca del nacimiento, la concentración de bacterias y otros descomponedores debe de ser mínima, con lo cual el proceso es muy lento. Creo que el cuerpo podrá llevar ahí uno o dos meses.
Otra observación terrible es
la causa de la muerte de la vaca. Cuando la vaca cayó es casi seguro que no murió –el cráneo y la columna vertebral estaban intactos-. Se rompió las patas y se quedó ahí mugiendo, con dolores y sin poder salir.
Si ocurre eso por el monte es probable que en un par de días se muera de sed. Pero si has tenido la mala suerte de caer en un río no será la sed quien te mate sino la infección de las heridas, la hipotermia o el hambre. Dado el aguante de estos bichos es probable que la vaca mugiera desesperada durante diez o doce días de dolor antes de morir. Y esta es una de las muertes más terribles que se puede imaginar.
Por otro lado el ganadero no vino o no la encontró (pues en tal caso probablemente la hubiera matado de un tiro e intentado sacarla del río, aunque fuera a trozos). Se suele decir que los vaqueros ya no se ocupan de sus vacas extensivas y que las dejan por el monte morir o despeñarse con indiferencia. Tal vez sea verdad, pero en defensa de este, hay que reconocer que el sitio donde se encontraba la vaca era difícil, escondido y nada transitado (los mugidos desesperados, eso sí, se escucharían a kilómetros).
Otra observación es que semejante masa de carne en un río de tan pequeño caudal debe de provocar una gran eutrofización y contaminación aguas abajo, y los ganados y personas que beban esta agua podrían tener problemas.
Un último detalle del esqueleto de frente, una foto bonita e inquietante:
Y por último, por si alguno practica la estomatología forense vacuna, ahí va un desagradable detalle, fotografía a la que si fuéramos macabros y ácidos podríamos titular
La vaca que ríe:
Si esta vaca hubiera llevado un teléfono móvil y hubiera marcado el
112 (cobertura global, conexión por satélite) hubiera podido avisar a Protección Vacuna y por tanto hubiera sobrevivido y tenido muchos terneritos. Así que ya sabéis, tened cuidado y el móvil a mano cuando salgáis.
Por cierto, que esta es la foto que quería hacer. Salió bonita:
Otros reportajes:
20 Respuestas
14661 Vistas