Lo siento pero me temo que es mucho más complicado que todo eso.
Tenemos que hablar de meses secos en relación al agua disponible para los seres vivos y, en especial, para las plantas, que no tienen capacidad de movimiento. Es un concepto abiótico (fundado en elementos no vivos) pero interelacionado con componentes bióticos (los seres vivos).
Influye de modo fundamental el tipo de suelo que tengamos: un suelo que retenga bien el agua hará que una zona sea más húmeda que otra con suelos con escasa capacidad de retención. Por ejemplo, un terreno arenoso o calizo necesita una precipitación mucho más alta que uno arcilloso o franco. Este suelo se han formado previamente con aportes bióticos y de él extraen los seres vivos el agua y los nutrientes necesarios para la vida, lo que relaciona a ambos tipos de elementos.
Y también hay que valorar de qué tipo de sequía estamos hablando: no es lo mismo una sequía para el nivel de los musgos o líquenes, que para pastos, que para matorral o para árboles. Cada uno optiene el agua de un estrato (o incluso de la atmósfera) y en ellos se presenta de manera muy distinta.
Con todo esto, quiero incidir en que no sólo necesitamos conocer bien los factores climáticos (temperatura, precipitación, humedad, viento, evaporación, etc.) también es fundamental la realización de varias calicatas, análisis edafológicos y ensayos de capacidad de campo en lo que respecta a los suelos, además de ejecutar los inventarios botáncicos que sean necesarios para permitirnos definir las comunidades vegetales presentes con la mayor precisión posible.
En la prática, la gente del campo conoce perfectamente qué zonas son las que primero se secan dentro de su pueblo y qué zonas son las últimas, así como qué especies necesitan más agua y cuales menos, y además muchos paisanos te explican muy bien el motivo... a la ciencia, le suele costar más tiempo confirmar estos extremos y muchas veces no lo ve claro.
Un saludo.