Pues hay que organizarse ya antes de que lleguen las primeras nevadas, que allí una vez que nieve ya no hay quien suba en invierno. Yo me se tambien un sitio muy bueno a unos 1940 m,LAGUNA SECA.
http://reflejosdelasierra.blogspot.com.es/2010/05/pico-de-la-sagra-desde-el-cerro-de-la.html
Hay una pista forestalpara subir desde cerca de HUescar que llegue un día por allí sin saber ni adonde iban los caminos, el problema es acordarme. Bueno, ahora que me acuerdo tengo un mapa militar muy bueno.
Meteoxiri, ese sitio es precioso. Un gran descubrimiento que me apunto para subir allí algún día. Pero viéndolo en el mapa no creo que sea un lugar favorable a la inversión. Es un llano cimero, apenas sin cierre y con desplomes de 300 a 700 m en todas las vertientes cercanas. Yo no apostaría por él.
Mi apuesta (y mi humilde sugerencia) sigue siendo la "
dolina de Joseph" (por no tener no tiene ni nombre, ya que la Nava del Polvo es la continuación de Navalasno por el sur). Llevo unos días mirando el mapa de la zona (Campos de Hernán Perea incluidos) y no encuentro nada con más potencial. Lo tiene todo:
1)
Elevada altitud (y previsible alta innivación), pero a la vez una
posición topográfica deprimida con respecto al entorno (en todas direcciones). El collado más bajo queda 35 m por encima del fondo de la dolina (que ya es un buen cierre), pero en general los bordes de la hoya quedan entre 100 y 200 m por encima.
Esto asegura un buen
aislamiento del viento (la encalmada nocturna es esencial) y que se forme un
colchón de aire frío de un espesor ya notable (30 metros al menos) alimentado por el aire que desciende por las laderas, que aísla aún más el aire que se va sobreenfriando en los primeros metros más cercanos al fondo. Esto es clave y es la causa de que muchas dolinas cimeras, que están en contacto por arriba con la atmósfera libre, "fallen". Y es que ese aire mucho más cálido (una buena dolina le puede meter 20 ºC o más a la atmósfera libre), irradia hacia abajo y actúa como freno del enfriamiento.
2)
Forma casi perfecta: Los estudios de dolinas han demostrado que
la forma de las mismas, mucho más que la altitud, el tamaño o la profundidad,
es la variable que más influye a la hora de explicar su capacidad para enfriarse. Definen un "índice de visibilidad del cielo" (
sky view factor), que es el coseno cuadrado del ángulo medio de elevación del cierre de la dolina (medido desde el fondo). Cuanto más se aproxime a 1 (laderas más tendidas) más se enfría la dolina. Obviamente siempre y cuando esté cerrada, porque un llano abierto, aunque tiene un valor de 1, no retiene igual el aire frío, ni tiene un colchón de aire frío tan potente ni está tan resguardado del viento (cualquier brisa destroza una inversión en segundos)
Aunque el cálculo preciso de ese índice es un poco complicado, con una herramienta como Iberpix, es fácil obtener un valor muy aproximado (al menos acotar su valor mínimo y máximo en los puntos de mayor y menor pendiente de ladera, respectivamente). A mí me sale un valor de
0,96 que es muy bueno (según lo que he leído por ahí). El significado físico de todo esto es que las laderas irradian en todas direcciones, y cuanto más pendiente tengan más lo harán hacia el centro de la dolina, frenando el enfriamiento. Por eso "fracasan" muchas dolinas profundas y cerradas.
3)
Tipo de roca y de vegetación:
La caliza aflora abundantemente. Este tipo de roca es especialmente bueno por su baja conductividad térmica, (que limita el flujo de calor desde el subsuelo); por la ausencia de agua en su zona superficial, que le da una capacidad térmica baja (facilidad para calentarse y enfriarse con rapidez) y por la presencia de agua de infiltración en los metros inferiores del subsuelo (con un efecto refrigerante del mismo). Y en cuanto a la vegetación... rala, escasa y rastrera.
No hay un solo árbol y esto es importante, ya que los árboles irradian hacia el suelo, contrarrestando el enfriamiento. Por eso también "fallan" las dolinas muy arboladas.
El
efecto de la nieve es de todos conocido. Con su bajísima conductividad térmica (la recién caída) aísla al aire del suelo (y esto es la clave), además de tener una elevada emisividad en el infrarrojo y un altísimo albedo en el visible. Cabe esperar que la cobertura nivosa sea algo superior a los Campos de Hernán Perea y se conserve mejor. Y en un estudio (inacabado) de imágenes MODIS, me ha sorprendido el elevado número de días con nieve en el suelo y cielo despejado que tiene toda esta sierra (Campos incluidos)
Aparte de las características físicas de la dolina, hay otra ventaja evidente con respecto a los Campos de Hernán Perea:
su aislamiento. A esta dolina es difícil llegar, hay que echarle pata, no hay pistas o carriles de acceso. Además no parece estar en ruta a ninguna parte, ya que los montañeros que quieran ascender las Cabrillas irán normalmente por la cresta. Tampoco parece paso ni de cazadores ni desde luego de seteros. No sé si andará por ahí algún pastor despistado en verano. No hay problemas de propiedad porque he comprobado que es un monte público (Navahondona; JA-10001-JA). Obviamente es Parque Natural y convendría informar y pedir autorización, al menos que los guardas estén enterados. Todo esto lo digo sin conocer la zona, claro...
Lo que más me joroba es que de aquí a enero no tengo dos malditos días libres porque si no me iba para allá con todo lo necesario para dejar un sensor. En un sitio tan bueno hasta me permitirá el lujo de perder un gradito y pondría la garita en un pedazo de mástil a 3 m del suelo, para ponérselo difícil a los cabronazos. Y el cartelito, claro