Siempre me he preguntado porque la grafica de la temperatura sube y baja en el ultimo siglo y medio mientras que la de subida del nivel de mar es tan bonica, tan seguida, tan sin altibajos, cuando la subida del nivel del mar es consecuencia del ascenso de temperaturas... dicho de otro modo: es igual que la temperatrura suba o baje y lo haga mas o menos, el nivel del mar sube si o si y a ritmo...
Supongo que tiene que ver con las características de los océanos: gran capacidad térmica, gran inercia térmica y una masa inmensa. El resultado es que actúan como un enorme reservorio de energía en el sistema climático (90%) con una dinámica muy lenta (tasas de recambio de siglos en aguas profundas), por lo que la expansión térmica de toda la columna de agua y, por extensión, la subida del nivel del mar son fenómenos que amortiguan gran parte de la variabilidad de alta frecuencia (años-décadas) de la temperatura atmosférica.
En relación con este tema, quería apuntar el llamativo incremento de temperatura y posterior descenso brusco de hasta 0.3ºC durante los primeros años de la década de 1940s. Ese pico, que equivale a un 40% del calentamiento acumulado durante las primeras décadas del sXX, se observa en cualquier serie de anomalías térmicas globales, particularmente en las de temperaturas de la superficie del mar que, normalmente, tienden a mostrar menor variabilidad por el efecto tamponador ya comentado. Por ejemplo en las series GISTEMP de NASA:
Global tierra+mar
Global sólo superficie del mar
En esas fechas no se registró ninguna erupción volcánica especial, ni un ciclo Niño-Niña fuera de lo habitual, por lo que resulta un tanto inexplicable. Es un pico que incluso los modelos de atribución no consiguen explican del todo. En la siguiente gráfica de Meehl et al. 2004 se puede ver como el registro instrumental (línea negra) está por encima de los intervalos de confianza para la estima modelada con la suma de factores naturales y antropogénicos (línea roja) durante esos años (también entorno a 1960):
Todo apunta a que existe un posible efecto no contabilizado, que afecta más a la temperatura en el mar y circunscrito a ese primer lustro de los años 40 del pasado siglo. Resulta que ese periodo coincide uno de los eventos más trascendentales (sino el que más) del pasado siglo: la 2ª Guerra Mundial. Antes de la contienda, la medición regular de la temperatura del mar recaía en similar proporción en barcos británicos y americanos. Sin embargo, a partir de la entrada en guerra del Reino Unido, la flota se destino prioritariamente al esfuerzo nacional de guerra y el registro de la temperatura del mar pasó a depender en un 80% de los americanos. Una vez finalizada la contienda, los británicos retomaron las labores de medición con un 50% del volumen de los registros, mientras que la contribución de los americanos se redujo a un 30%. La clave radica en que ambas flotas empleaban métodos de medida diferentes. Mientras que los británicos seguían el método tradicional de izado a cubierta de agua en un cubo de lona para tomar posteriormente la temperatura, en los buques americanos la medida se realizaba en el agua que entraba en el circuito de refrigeración de los motores. Como consecuencia, las medidas británicas tendían a la baja por el enfriamiento del agua izada, mientras que el método americano tendía a sobreestimar la temperatura por el calentamiento del agua dentro de los navíos. El resultado sería un sesgo al alza durante la 2ª Guerra Mundial y a la baja una vez terminada en 1945. Todo esto está plasmado en un estudio de 2008 de Thompson et al. en Nature Letters (enlace debajo) comentado en el blog de Nature (
http://blogs.nature.com/climatefeedback/2008/05/postworld_war_ii_cooling_a_mir.html). Algunos estudios posteriores han venido a confirmar este sesgo de la 2º Guerra Mundial, como en el trabajo de Shindell et al. (2017;
https://www.nature.com/articles/s41598-017-14352-6) en el que reconstruyen las variaciones de la temperatura en el Océano Indico en base a registros coralinos y se compara con los registros instrumentales. De verificarse este artefacto en los registros de temperatura, deberían realizarse las correcciones oportunas. Una tarea muy laboriosa que, no obstante, no tendría efectos importantes sobre las tendencias de la temperatura en el sXXI. El hiato de mediados de siglo seguiría existiendo, reflejado como un periodo de estabilidad más que un ligero descenso.
Enlace al artículo:
https://www.nature.com/articles/nature06982.epdf?referrer_access_token=CGd6o6Vx2fkxZH-a5O14s9RgN0jAjWel9jnR3ZoTv0MtXNZRRPG9Sj9CA8QI4sXNf_UCwsDnTDIpg7Lx2kFX8zUWI5vdGT-exHZsIbbT7aFGk7ubQvgL5lgjgQwPEGtl8_6AWGm6qPW1RgHEMvK4-SFK-x0H5I-3mIE1yM51kDljURDGqb0MS1KPbZXrERqY7ZTJzDqRvlp8SsrAGj4NvlZftOdggeLjW6KQj2bxM8wANYrrD_AJ_E5AUuL5xQKw&tracking_referrer=blogs.nature.com