La gente de la comarca del Porma está muy alborotada por un suceso que tiene a todos el vilo:
Hará ya como algo más de un mes cuando un pescador en la localidad de Boñar (León) observó algo realmente insolito. El susodicho vio salir de las orillas del río un reptil, pero no un reptil normal, ni autoctono como pudiera ser una simple víbora no, un reptil que como el dijo medía más de 5 metros, que su cabeza era "como la de un paisano" y que su cuerpo era de grueso como sus dos brazos con chubasquero. En ese instante y nada más verla echo a correr dejando el chubascare la caña y demás aparejos el el río. Se aviso al seprona y demás agentes medioambientales pero ellos no la han visto.
Posteriormente se volvio a ver y hace poco una señora más. La noticia ha salido en diversos medios de la prensa local y la publico ahora en el foro ya que he encontrado un recorte de la misma en la web:
Diario de León 7-6-2008:
Anaconda en BoñarBURRO AMENAZADO
PANCHO PURROY
DE CERECEDO aguas arriba, por la venta del Remellán y Valdecastillo, hasta la desembocadura del Pardomino, cunde el misterio ante varias observaciones insólitas. Primero fueron unos pescadores en el coto truchero del Porma que contemplaron una desbandada de pintonas, a toda velocidad río abajo, y luego unas misteriosas ondulaciones en una tablada que parecían hechas por una gigantesca serpiente. Después, un descomunal excremento lleno de pelo y pezuñas de corzo y adornado con la deposición blanca de ácido úrico típica de los reptiles, depositado sobre un playazo de cascajo. A mayores, la pareja de nutrias que frecuentaba la salida del embalse y las aguas cristalinas del regato de Pardomino, ha emigrado a distancia, y ahora campean, nerviosísimas, silbando toda la noche, por la parte baja del coto de Vegaquemada. Desde Palazuelo de Boñar a Valdehuesa, los crepúsculos son un constante concierto de ladridos de perros alarmados y cacareos de gallinas asustadas por un extraño hálito que recorre la comarca. Ni eclosionan moscas de mayo ni se ve un desmán en la corriente, como si la fauna pequeña recelase ante un enemigo invisible.
Corren habladurías de que unos empresarios circenses propusieron al Museo de la Fauna enseñar una anaconda viva, a la que se haría nadas por el embalse como si fuese el monstruo del Lago Ness. Como no les hicieron caso y el ofidio llevaba varios días encerrado en un cajón, parece que ocurrió el escape de la fiera en el kilómetro siete, cerca de los prados y robles del Majadón, cuando volvían con el remolque.
El suceso preocupa, pues la anaconda o tragavenados necesita comer, sea perro, vaca, venado, corzo o pescador que encuentre. Ya han ocurrido escapes muy comentados, desde el tigre de Bengala que huyó en laa tierras de la Toscana y estuvo tres años depredando jabalíes, hasta ser atropellado por un camión en una autopista, al caimán blanco, descolorido por la vida en las cloacas de Barcelona, comedor de ratas de alcantarilla.
Seguiremos informando.