El equipo del Ice Sheet Mass Balance Inter-comparison Exercise (IMBIE) financiado por NASA y ESA acaba de publicar en Nature el estudio más robusto sobre el balance de hielo antártico basado en la combinación de mediciones satelitales en cambio de volúmenes, flujos y atracciones gravitacionales, con el modelado de balances de masas:
https://www.nature.com/articles/s41586-018-0179-y
https://climate.nasa.gov/news/2749/ramp-up-in-antarctic-ice-loss-speeds-sea-level-rise/#.WyFrCZM41Xo.twitter
Muestran que entre 1992 y 2017 se han perdido 2720 ± 1390 miles de millones de toneladas de hielo que han sumado un aumento del nivel del mar de 7.6 ± 3.9 mm. Se ha observado además una aceleración en la fusión de hielo en Antártica Oeste y Península Antártica, y relativa estabilidad en la Antártica Este.
La iniciativa IMBIE está muy bien, pero en realidad se limitan a "sacar la media" de las distintas mediciones, sin intentar reconciliar o explicar realmente las diferencias entre ellas. La gran duda aún pendiente es cuantificar qué está haciendo exactamente la Antártida Oriental.
En ese sentido, yo creo que la cosa aún está verde, que todavía hay muchas cosas que cerrar con el GIA, tal como indica el "disidente" Jay Zwally, que hay que reconocer que estará bastante solo, pero argumenta prolijamente (y, para mí, plausiblemente) sus resultados.
(en su momento comenté algo a partir de aquí y aquí)
En todo caso, parece claro que entre 2009 y 2017 la pérdida de hielo en el casquete occidental ha acelerado. A causa del aumento en la descarga de icebergs al océano (otra cosa será también cuantificar cuanto de esta aceleración se debe a cuestiones dinámicas y topográficas, y cuanto a cuestiones termodinámicas) (y, desde luego, hay que ser muy prudentes a la hora de extrapolar tendencias a futuro).
Saludos
Al hilo del tema del GIA, creo que no se ha mencionado este reciente e interesante artículo de Barletta et al. :
http://science.sciencemag.org/content/360/6395/1335Sabemos que el casquete occidental de la Antártida es inestable, por ser un casquete marino, apoyado en su mayoría en tierra por debajo del nivel del mar, salvo en algunos puntos de agarre, y sobre terrenos con pendiente descendente hacia el interior.
Cuando se superan los puntos de agarre, el agua marina penetra breuscamente muchos kms por debajo del casquete, acelerando desde ese momento su deshielo. Por eso, el comportamiento del casquete occidental no es lineal respecto a forzamientos oceánicos o atmosféricos, sino que su respuesta depende mucho de la topografía del terreno, y es proclive a períodos de estabilidad seguidos de pérdidas grandes y muy rápidas cuando determinados umbrales topográficos se superan. Y, potencialmente, se cree que una gran parte del casquete podría llegar a colapsar en pocos cientos de años, lo que implicaría subidas de varios metros del nivel del mar. Y se especula que algo así podría estar comenzando a ocurrir en glaciares como PIG, etc. Eso iría en la línea del aumento de la pérdida de masa del casquete occidental entre 2009 y 2017. (Aunque estas pérdidas sean aún modestas, al ritmo actual supondrían subidas del nivel del mar que no llegarían a 10 cms. en un siglo)
Bueno, lo que cuentan Barletta et al. es que el suelo en algunas zonas de la Antártida Occidental es menos viscoso de lo que se pensaba, y que han realizado mediciones GPS que muestran que está rebotando mucho más rápido de lo que se creía.
¿La mala noticia? Que al ajustar los modelos de GIA empleados para los cálculos de pérdida de hielo en base a GRACE, etc. , la pérdida de hielo en la Antártida Occidental será un 10% mayor de lo estimado hasta ahora (esto no cambia gran cosa).
La buena noticia es que, en caso de que la pérdida de hielo se acelerara mucho, el suelo rebotaría aún más rápido lo que contribuiría a estabilizar de nuevo el casquete. Por tanto, un colapso catastrófico del casquete occidental en los próximas décadas o siglos es menos probable.
(otro artículo reciente, indica que esta misma velocidad de rebote del terreno en la Antártida Occidental habría frenado el colapso de su casquete de hielo tras el final de la última glaciación:
https://www.nature.com/articles/s41586-018-0208-x Antes se pensaba más en un retroceso continuado durante el Holoceno hasta el presente:
http://earthweb.ess.washington.edu/Glaciology/projects/ross_sea_history/conway+.pdf )
En cuanto al balance total de masa de los casquetes de hielo antárticos, yo sigo pensando que la clave está en el inmenso casquete oriental. Como Zwally argumenta, la precipitación aumentó al subir la temperatura al acabar la glaciación y entrar en el Holoceno. Y eso en el casquete oriental, gélido, significa ganancia de masa. Y eso implica que el suelo bajo el casquete no rebota, sino que se hunde. Y, con modelos de GIA que recogieran esto, el casquete oriental estaría ganando algo más de masa, compensando las pérdidas dinámicas del occidental (como decían los resultados de Zwally en base a Icesat)
(Otro asunto es que, con el calentamiento, las precipitaciones deberían seguir aumentando sobre el casquete oriental y acelerar su ganancia de masa, pues aún tiene mucho margen de calentamiento. Aunque este aumento de precipitaciones aún no parece verificarse en las observaciones de las últimas décadas.)
(Y otro tema es como pueda afectar el vulcanismo en la zona del casquete occidental, y cómo la propia pérdida de hielo podría favorecer esta actividad, etc.)
Mucha tela que cortar en la Antártida.
Saludos
(Otro artículo sobre tema GIA:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5111427/)