Los salmones adultos regresan al Rhin
Como resultado de los esfuerzos efectuados para eliminar la contaminación, miles de salmones adultos están regresando al Rhin para desovar
Sólo los mejores ríos merecen la presencia de los salmones. Por eso, éstos desaparecieron del Rhin en el año 1935. La gran modificación en su cauce que se puso en marcha en el siglo XIX con el objetivo de frenar las inundaciones y la malaria, pero también para favorecer la navegabilidad, y el afán de Francia por construir presas hidroeléctricas tras la Primera Guerra Mundial, convirtieron el río más largo de Europa occidental en una cloaca al aire libre, donde se vertían residuos domésticos, industriales y agrícolas. Y ya se sabe que los salmones sólo nadan en aguas limpias.
Aunque fue necesaria una catástrofe ambiental como la ocurrida en la industria química Sandoz, cerca de Basilea, en noviembre de 1986, para que las autoridades tomaran verdadera conciencia de la contaminación del Rhin, parece que el programa de recuperación, puesto en marcha por la Comisión Internacional para la Protección del Rhin, junto a otras medidas del Ministerio de Medio Ambiente alemán, han devuelto la vida acuática a sus aguas. Así, desde 1991 más de un millón de alevines han sido introducidos en la cuenca, no sólo salmones, también lucios, truchas y otras especies.
Los últimos datos aportados por el ministro de Medio Ambiente alemán, Jürgen Trittin, así lo demuestran: miles de salmones están regresando al Rhin como resultado de los esfuerzos efectuados para eliminar la contaminación del agua. «El Rhin es nuevamente una vía acuática llena de vida. La calidad del agua ha mejorado considerablemente», afirmó Trittin en un comunicado. Y es que más de 1.900 salmones adultos regresaron a aguas renanas desde el Mar del Norte. El salmón llega al mar cuando tiene unos 18 meses y regresa, a la edad de cuatro o cinco años, a su lugar de origen para desovar. Pero los salmones desovan sólo en los afluentes de los que son originarios. De ahí que las presas supongan un gran obstáculo para ellos, aunque empiezan a solucionarse con la construcción de pasarelas o redes de paso.
Según Trittin, el Rhin está habitado ahora por 63 especies acuáticas, lo que casi completa la fauna del río, sólo falta el esturión, que también ha sufrido los efectos de la contaminación y la creación de barreras infranqueables.
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