Sí, la gráfica completa de las modelizaciones de PIOMAS es esa.
(creo que capta bien la tendencia general, pero también que hay que tomar sus datos con cierta prudencia, ya hemos visto que tampoco coincide del todo con las observaciones de Icesat-Cryosat).
Y estoy de acuerdo en que no basta con mirar rectas o curvas de ajustes teóricos de tendencias, y creo que no hay que darles valor predictivo. Yo simplemente voy viendo y comentando qué es lo que va pasando
Otra gráfica a largo plazo es la que proporciona
Kwok en su artículo, uniendo observaciones de grosor desde submarinos en una sección del Océano Ártico durante el período 1975-2000 (
Rothrock 2008) con la serie de observaciones por satélite Icesat-Cryosat en esa misma zona:
Muestra un aumento de grosor entre 1975 y el máximo de 1980, y descenso desde entonces, la aceleración posterior del descenso en el período Icesat y una recuperación en el período Cryosat (mayor que en el conjunto del Ártico).
En el comportamiento de la banquisa ártica influyen muchos factores. Por de pronto, hay motivos para pensar que podría haber ciertas oscilaciones naturales multidecadales en la banquisa, aún no del todo comprendidas (posiblemente unidas a ciclos oceánicos ligados a cambios de circulación atmosférica que aumentan el transporte de aire cálido y agua atlántica hacia el Ártico; ejemplo, el período de descenso de la banquisa en los años 20, 30 y 40 seguido de una recuperación en las décadas posteriores; comportamiento este similar al de las temperaturas en el Ártico Marítimo). Estas oscilaciones podrían superponerse a la tendencia general descendente hacia la que empuja el aumento de la concentración de GEIs.
Por otro lado, en la banquisa ártica obviamente pesa mucho la termodinámica (y más cuanto más a largo plazo hablemos), pero la dinámica del hielo, su deriva, también juega un papel importante con consecuencias en períodos que pueden ir de días a varias décadas. Deriva causada por el viento, y este por las distintas configuraciones atmosféricas que se suceden de forma impredecible. Y con consecuencias que pueden ser completamente opuestas para el hielo, desde años (o décadas) donde predominan la recirculación y compactación del hielo, hasta otras en las que predomina su expulsión por el estrecho de Fram.
Por ejemplo, durante los 80 aumentaron las temperaturas y se produjo un cierto precondicionamiento negativo de la banquisa, pero el primer gran descenso en extensión estival y en hielo multianual (y también el mayor descenso en grosor en la zona cubierta por las observaciones de submarinos presentadas por Rothrock *) se produce en 1989-1990 coincidiendo con un período de predominio de fuerte AO/NAO positivas durante el que se produjo una gran expulsión de hielo multianual hacia el Atlántico Norte a través del estrecho de Fram. Deriva Transpolar a tope. A partir de entonces, en conjunto hielo más joven y vulnerable.
El siguiente descenso brusco, en 2003-2008, coincide también con un período de fuerte Deriva Transpolar, causada por el patrón atmosférico denominado Dipole Anomaly, muy recurrente esos años (en los que generó literatura científica al respecto), y especialmente en 2007, pero que durante la última década no ha sido tan frecuente. En 2007-2008 se expulsa una enorme cantidad de hielo multianual por el estrecho de Fram. A partir de entonces, tenemos un Ártico con hielo más joven y vulnerable al deshielo estival y los vaivenes meteorológicos.
Sin embargo, a pesar de tocar fondo en 2012, durante la última década se produce una estabilización. No se producen eventos masivos de expulsión por Fram. (Aparte de esta variabilidad atmosférica, puede que también hayan ido entrando en acción algunos feedbacks favorables para el hielo, que limitan su ritmo de pérdida).
En esta
gráfica del NSIDC con la edad del hielo al final del verano destacan claramente los descensos bruscos en las categorías de hielo de 2 y más años en torno a 1990 y 2007, coincidiendo con esos eventos de expulsión masiva de hielo multianual por el estrecho de Fram:
Hay por ahí artículos cuantificando el peso de este tipo de cosas, expulsión de hielo por Fram, vientos, deriva... en la tendencia de la banquisa en las últimas décadas. Con resultados dispares, pero mostrando que no es un factor menor.
¿Que la tendencia de fondo a largo plazo en el futuro seguirá siendo descendente? Pues con los forzamientos actuales en la mano, y la concentración de GEIs aumentando, eso parece. Pero, sin embargo, a escala de años y décadas, no sabemos cómo se comportará la banquisa. No sabíamos en 2012 en qué punto íbamos a estar ahora, en 2019, y tampoco sabemos exactamente en qué punto estaremos en 2025 ó 2030. A mí me gusta ver qué va pasando y aprender mientras lo hago, eso es lo que me interesa. Sin pretender demostrar ni predecir nada del futuro. Yo, iré viendo
Saludos
*
"From the multiple regression solution we find that the mean ice draft over our temporal and spatial domain is 2.97 m (3.21 m for thickness). The interannual response (Figures 3 and 8 ) shows a high rate of decline centered around 1990, preceded by a maximum in 1980 and followed by a minimum in 2000 at the end of the record." "The steepest rate of decrease is −0.08 meters per year (m/a) in 1990"