Los expertos descartan tanto los ataques de buitres a ganado como su superpoblación
Los casosindemnizados corresponden sólo a animales que no se podían valer
El último censo en Navarra habla de una población de 2.500 parejas, estabilizada en el norte y con un aumento en el sur
PAblo Almárcegui
Pamplona. La alarma generada por los supuestos ataques de buitres a animales sanos es cortada de raíz por los principales biólogos y expertos en rapaces de Navarra, que descartan tanto el cambio en el comportamiento, de carroñero a depredador, como la superpoblación del buitre leonado. Estas opiniones contrastan con la sensación de inseguridad entre los ganaderos, que denunciaron recientemente ante los medios de comunicación varios ataques sufridos, principalmente en los valles de Roncal y Salazar.
Según los expertos, el buitre leonado no ataca animales sanos, sino que únicamente actúa, y de forma muy puntual (18 casos indemnizados durante 2005) sobre individuos que se hallan en condiciones muy disminuidas, casos de los ejemplares recién nacidos o muy enfermos. Además, afirman que la cabaña de buitres que habitan en Navarra, que asciende a unas 2.500 parejas (en total, unos 6.000 individuos) no puede considerarse una superpoblación. Según repiten varios, el problema en torno a los buitres no es tanto biológico, sino sociológico.
Los ataques
Un comportamiento definido
Según explica el navarro José Antonio Donázar, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y biólogo del parque de Doñana, el buitre leonado cuenta con unas características físicas muy concretas. "El buitre leonado no tiene garras para matar, está adaptado para alimentarse de cadáveres, y esto es así por una larguísima evolución. Por explicarlo de una manera fácil, no puede convertirse de repente en águila. Se ha llegado a decir que ha desarrollado ciertas habilidades y que las enseña a las crías, pero eso no es posible, en la naturaleza esas adaptaciones no suceden de la noche a la mañana", recalca.
Los casos en los que un buitre puede atacar a ganado son muy concretos, como explica Pablo Munilla, secretario del grupo ecologista Gurelur y responsable durante diez años del Centro de Recuperación de Buitres de Ilundáin. "En todo ese tiempo tuve en mis manos más de 1.000 buitres, y puedo asegurar que no tienen capacidad de matar animales, eso sólo podría darse tras un proceso evolutivo de miles de años. He visto muchas rapaces, y creo que el buitre es la más cobarde de todas. Sólo puede atacar a animales que están en condiciones muy desfavorables, heridos, enfermos o atrapados", asegura.
la superpoblación
Una especie autorregulada
Los ganaderos afectados por ataques reivindican medidas contra los buitres, como una rebaja en su población. Lo cierto es que, con sus 6.000 ejemplares, Navarra cuenta en la actualidad con una de las colonias de buitre leonado más importantes de Europa, algo que se justifica tanto por la existencia de roquedales idóneos para su nidificación como por el hecho de que encuentran alimento, entre el que históricamente hay que incluir los animales muertos o muy débiles procedentes de la ganadería extensiva. Donázar asegura que no existe una superpoblación: "En la sociedad europea, en cuanto vemos que algo es abundante tendemos a decir que es una plaga, pero eso no es así; los animales se regulan por los recursos que encuentran en el medio. Y cuando los buitres no tengan comida disponible, llegarán a un tope y se autorregularán la población". En este punto, destaca el hecho de que los animales indemnizados por ataques suponen un número muy reducido en comparación a la gran cantidad de buitres que hay en Navarra -"es una cifra residual", asegura el jefe de Hábitats del departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, Jokin Larumbe-.
Algunos expertos apuntan, además, que muchas de las denuncias no proceden de las zonas en las que hay más buitres, sino donde hay más ganado extensivo, como el valle de Roncal."Si hubiera la mitad de buitres en Navarra, tendríamos un número similar de denuncias", opina Larumbe.
Los cambios en las costumbres de los ganaderos justificarían, asimismo, la mayor incidencia de los buitres en los animales recién nacidos, en especial en aquellos lugares en los que el ganado campa a sus anchas, sin la presencia de pastores. "Ha habido cambios en las costumbres ganaderas. El problema, si es que lo hay, se resolvería con un mayor control del ganado", precisa el biólogo Carmelo Fernández.
El problema
¿Una cuestión sociológica?
La cuestión sociológica en torno a los buitres haría referencia a la percepción que provoca esta especie en las personas, especialmente en los ganaderos, que deben afrontar muchas dificultades (los bajos precios a los que venden sus productos, sequías, subida del gasóleo...) y encuentran en el buitre una zancadilla añadida. Entre muchos ganaderos existen quejas por las dificultades a la hora de lograr indemnizaciones; y en la Administración, indican que los trámites previos a dichas indemnizaciones son necesarios para evitar la picaresca.
La cuestión sociológica también haría referencia a la malaprensa que ha tenido el buitre durante siglos, una especie históricamente perseguida hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, cuando entraron en vigor leyes conservacionistas. "Si no se les persigue, son aves muy confiadas, como sucede por ejemplo en India, donde conviven con los buitres. Eso puede extrañar a las personas que no están familiarizadas con ellos, porque ven pájaros muy grandes y se asustan", señala Donázar, en una explicación que justificaría el hecho de que, de unos años a esta parte, sea más fácil ver buitres a poca distancia.
los ecosistemas
Un eslabón en la cadena
Los expertos también destacan la importancia del buitre dentro del ecosistema, con su función como carroñero. "El buitre cumple una función muy importante, y los buenos ganaderos lo saben. De hecho, diría que la mayoría de los ganaderos no se quejan de ataques, sino que los comunican", afirma Munilla, de Gurelur.
Existen asimismo voces que apuntan a la posibilidad de que el auge en la población de buitres perjudique a otras rapaces en peligro de extinción. "Es posible que puntualmente algún buitre haya ocupado nidos de otras rapaces, pero no se pueden mezclar las cosas. Por ejemplo, el águila perdicera está fatal, con sólo cuatro parejas, y este año no ha volado ni un solo pollo... pero achacar eso a los buitres sería vergonzoso, cuando hay otras fuentes de preocupación como la persecución que sufren las rapaces, el riesgo de muerte por electrocución o los choques en parques eólicos. Y respecto a la comida, hay que decir que el buitre no compite con especies como el quebrantahuesos, que es un carroñero de carroñeros, o el alimoche, porque forman entre los tres animales, y otros, una especie de gremio", concluye Carmelo Fernández.
Leyes muy proteccionistas
El buitre leonado es una especie protegida en toda la Unión Europea, por lo que el margen de actuación por parte de los técnicos del Gobierno de Navarra es muy pequeño. En cualquier caso, varios biólogos plantean que desearían más posibilidades de manejo de estas poblaciones. En concreto, echan en falta una relajación respecto a los muladares; en la actuación hay alrededor de 15 legales en Navarra, pero existen otras buitreras ilegales que también tendrían un buen funcionamiento. Asimismo, podría ser interesante poder dejar algunos animales muertos en el campo procedentes de la ganadería extensiva y que tuvieran totalmente garantizado su buen estado sanitario. De momento, desde el Gobierno de Navarra no se prevé habilitar nuevos muladares para facilitar alimento a los buitres. Sobre la legislación europea, destaca que las poblaciones que existen en Navarra y Aragón constituyen dos excepciones importantísimas, ya que en otros países la presencia de esta rapaz es muy exigua. En Huesca existen problemas similares a los que hay en Navarra por ataques de buitres. >P.A.
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Saludos Jordy