Los rebaños de ovejas y cabras de la alta sierra de la rioja, estan cuidados en su mayoría por mastines. Estos son perros de antiquísima tradición pastoril encargados de cuidar los rebaños de los depredadores como lobos y zorros.
Estos, en las faldas de urbión, los fotografié esta primavera, provistos de carlancas, esos collares con púas para evitar los mordiscos de los lobos. Antes eran de hierro, artesanales y muy bonitos, ahora son más comerciales, pero aún así llamativos.
Estos perros frenan al menos las intenciones de los lobos. Pero no todo es tan fácil. Los lobos tienen una cosa muy desarrollada : la inteligencia y el trabajo en equipo. Mientras unos pueden distraer a los perros, otros se dedican a atacar al ganado. Son extremadamente sigilosos y los mastines la mayoría de las veces ni se enteran de su presencia. Por otro lado especialmente en verano y en los días de calor, cuando los rebaños pastan en las cumbres donde más azota el viento (para protegerse de las molestas moscas y del calor), los perros descienden hasta los fondos de los valles, a refrescarse en los riachuelos, a beber agua y a echarse la siesta en los rincones más frescos. Luego, cuando han descansado vuelven al rebaño. Dicen que los buenos perros cuidadores de rebaños nunca se alejan del rebaño, y así es, lo que pasa que hasta cierto punto. Me imagino que a alguno de vosotros en vuestros paseos por la montaña os habrá tocado ver perros cerca de los ríos, aparentemente extraviados. Como bien han comentado el sistema pastoral de muchas tierras es el extensivo. Hay razas de ovejas que por naturaleza, porque lo llevan en sus genes, tienden a pastar alejadas unas de otras, cubriendo grandes superficies de terreno, a veces laderas con desniveles de 1000 m. Aunque al final del día para pasar la noche suelen agruparse, así como para dormir la siesta, pastan alejadas unas de otras. Mis conocimientos pastoriles son muy escasos, pero os aseguro que intentar agrupar a ciertas razas de ganados es practicamente imposible. Influyen muchos factores: la meteorologia (nieblas, lluvia, nieve...), la calidad de los pastos, el número de animales, el que tengan crías, el que estén preñadas, el que hayan estado varios días encerradas, etc. En resumen puede ocurrir, y así es, que ante el ataque de lobos en un extremo del rebaño ni se nota ni se percibe en otro sitio del rebaño. Incluso ocurre, que a pesar de la presencia del pastor, el lobo ataca al rebaño y el pastor de verdad que no puede hacer nada.