Vaya tela. A 1800 metros y a una latitud aproximada de: 40°24' (Madrid capital) estamos como estamos. Derritiéndose la nieve hasta que vuelvan a bajar las temperaturas. Y es enero.
Mientras en Chicago, cuya latitud aproximada es 42°34', es decir, parecida por ejemplo a la de León capital 42°36', y por tanto no demasiado alejada de la de Madrid, esta noche han alcanzado unos -29 ºC con sensaciones térmicas de -41 ºC. Y con una altitud de unos 180 metros sobre el nivel del mar. Qué mal repartido está el mundo
, o directamente mejor decir que o ellos o nosotros vivimos en otro planeta porque parece mentira que puedan haber esas diferencias con latitudes tan similares. Si, ya sé a qué se debe, la continentalidad que favorece a ellos, el Atlántico que nos perjudica a nosotros, la dorsal azoreña...bla, bla, bla, pero aún sabiendo todo eso me sigue pareciendo brutal esas diferencias entre unos sitios y otros. Y ojo, que no solo nos pasa a nosotros. Que se lo digan a los londinenses, o a los de Bergen (Noruega) por ejemplo que a pesar de estar en una latitud tan elevada sus temperaturas no están en consonancia con su posición en el mapa, siendo mucho más suaves de lo que les correspondería. El mar es lo que tiene. Bueno, hay matices... mirar los newyorkinos
. Y todas las excepcionalidades en cuanto a frío les ocurren a ellos...
... curioso.