Una de nuestras ilusiones de las vacaciones era recorrer la famosa ruta del Cares en las Picos de Europa,unos 10km por un camino excavado en el congosto espectacular del rio Cares, nos dirigimos a Poncebos donde dejamos el coche y emprendimos el famoso camino.Este es nuestro reportaje.
Los dos primeros km fueron de subida suave pero constante.
Hasta llegar a Los Collaos,a partir de allí el camino es suave y llano.
Podemos ver el camino trazado en la piedra.
Es para disfrutar de lo lindo
El camino impresiona,1,5m de ancho sin protección alguna.
Aqui dos turistas montañeros activos en una de las paradas obligatorias.
Tuneles de piedra espectaculares.
Vaya moles tan impresionantes.
Este aún tiene fuerzas.
Ya cerca de Caín.
Y entramos en Caín bastante cansados.
Caín, final del trayecto de la ruta del Cares,pueblo muy pequeño pero muy cuidado con un entorno de ensueño
El recorrido de este desfiladero, llamado por muchos autores: La Garganta Divina, nos permite unir Asturias con León atravesando las profundidades de los Picos de Europa cuyas cimas nos miran desde más de 2.000 metros por encima y disfrutando con las preciosas vistas que nos ofrecen las cristalinas aguas del rio Cares y las canales que se precipitan vertiginosamente desde las alturas hasta sus aguas.
Esta excursión transcurre por un camino bien marcado y sin ninguna complicación salvo su longitud, 10 Km de ida y otros tantos de vuelta si no disponemos de combinación de vehiculos (Poncebos en Asturias y Cain en Leon).Nosotros la vuelta la hicimos en taxi no menos interesante ,con paradas en diversos miradores muy bien preparados.
A pesar de su sencillez y de la anchura del camino (más de 1,5 metros) debemos vigilar pues bordea a menudo cortados que caen vertiginosamente sobre el río Cares.
La entrada desde Poncebos tiene una carretera en condicones que parte desde Arenas de Cabrales, el recorrido en coche es mucho menor y es más fácil encontrar un aparcamiento.
Por contra el camino sale en cuesta, al principio el desfiladero es mucho más ancho y no existe esa sensación de vacio ni de encajonamientos, lo cual no desmerece el paisaje que contemplamos.
Un reportaje de Silver y Pyrene