Para mí, este es un mal endémico que trasciende lo que es El Correo, y puede extrapolarse tranquilamente a cualquier diario, noticiero digital, programa de radio y televisión, ya sean de ámbito local o nacional.
Priman los titulares ostentosos y exagerados, y sobra la realidad cotidiana. Dado que lo normal no impacta, y que suceden pocas cosas fuera de lo normal, el truco es convertir lo común en sorprendente y alarmante.
No sé cómo se lo montan, pero siempre encuentran a algún peatón que les dice la frase típica que buscan con tanto anhelo:
"Hacía muchísimos años que no se veñia por aquí algo así"
o aún peor:
"Tengo 76 años y en toda mi vida nunca había visto nevar de esta manera"
Cada año se convierte en el más frío, el más nivoso, el más caluroso, o el más seco de las últimas décadas, no falla...
Compadezco sinceramente a los meteorólogos profesionales, porque no sé si existirá una profesión que sufra más el intrusismo a todos los niveles, y el atrevimiento con el que se les desautoriza en los medios.
Sensacionalismo, amarillismo y falta de seriedad, esos son los males que acucian al periodismo de nuestros días. Por supuesto, no podemos meter a todos en el mismo saco, pero en lo que toca a lo meteorológico, no se salva casi ninguno de caer en la exageración y en la opinión barata y desacreditada