EL MONCAYO NO ES UN CALLO
Con este título tan espantoso y ripioso pero con esta foto tan bonita, empiezo el reportaje.
Tras semanas de inestabilidad y nieve, que bien se agradecen tras los últimos sosos inviernos que llevamos, por fin apareció un deslumbrante domingo de anticiclón: el 11 de Enero. Cielos claros, niebla en los valles, temperaturas mañaneras gélidas, toda la provincia de Soria nevada. ¿Qué mejor para un día así de claro que subir un monte, de lo más grande entre lo disponible, hacer unas fotos y bajarlo esquiando?
Así que echamos un ojillo a nuestro alrededor y lo más alto que vimos fue el Moncayo... ese tótem de tierra y piedras que, indiferente, preside Soria y Zaragoza. Así que cruzamos raudos las carreteras vacías, neblinosas y congeladas camino a Cueva de Ágreda, un alto (1.313 metros) pueblo soriano al suroeste de la Sierra de San Miguel o del Moncayo, que se yergue a 2.313 metros.
Ya el acercamiento fue sugerente. Pues entre la niebla iban emergiendo las cumbres de la sierra:
No era ya precisamente primera hora, pues aunque entre nuestras virtudes se cuentan la simpatía y el altruismo no se puede hallar entre ellas la puntualidad ni el madrugar. Así que, más que mediada la mañana, el tibio sol de Enero iba consiguiendo eliminar la niebla, descubriendo nuestro objetivo.
Aquí los protas del reportaje, posando con el colega Moncayo.
He aquí una foto anotada con la toponimia local –no estoy seguro de algunos de los nombres-. La sierra del Moncayo tiene algo peculiar y es precisamente su aislamiento, pues está separada del resto de sierras del Sistema Ibérico. Su cara sur, la de las fotos, se alza unos 1000 metros sobre la meseta soriana, a unos 1.300 metros de altura. Pero lo más impresionante de todo es su cara norte... pues se alza bruscamente 2.000 metros sobre el Valle del Ebro de la Ribera Baja de Navarra y del Oeste de la provincia de Zaragoza, a unos 300 metros.
Nuestra subida pasaría por entre el Moncayo y el Cerro de San Juan, por el tubo que forma el Barranco del Colladillo.
Partíamos de la dehesa de Cueva de Ágreda, un notable robledal que trepa hasta unos 1.600 ó 1.700 metros por las faldas de la sierra. Así lucía el pueblo, cubierto por una suave capa de nieve:
El primer tramo de nuestro ascenso discurría por entre el bosque de robles, en una cómoda pista:
Luego se sobrepasaba el bosque y nos metíamos en las laderas de solana, llenas de brezo. La atmósfera estaba clara y la niebla cubría Castilla. Algunas zonas estaban bastante libres de nieve.
En cambio otras zonas habían concentrado mucha nieve y ya nos relamíamos pensando en la bajada:
Algo más arriba, mirando hacia el SurEste:
Hacía mucho frío y el sol empezaba a bajar. Así que finalmente decidimos dirigirnos al más asequible Cerro de San Juan (2.270m) y que nos iba a dar para bajar la misma pala gozosa que Moncayo.
Arriba hacía muchísimo frío (-4 ºC según el sondeo de Zaragoza), aunque yo sentía más. El paisaje era puramente ártico. Ved esta foto:
Las vistas eran excepcionales. Aquí un par de tetas y un collado como canalillo:
Desde el Moncayo se puede ver todo el Sistema Ibérico Norte de través. Los carteles no estaban, los he puesto yo
. A la derecha La Rioja, a la izquierda, Soria. La foto, desde la provincia de Zaragoza.
Hay que ir para abajo. Ved que estupenda pala llena de nieve blandita, recién puesta, para bajarla esquiando. Envidiadme. Mirad que carita tengo de ir a comer solomillo:
Aquí debajo Alfredito, que disfruta mucho de que no haya decadentes esquiadores de los que suben en telesilla:
¡OJO! Ya en el camino hay unos pedruscos de espanto...
Qué rico sabe un café con leche después de un poco de ejercicio en invierno.
En el viaje de vuelta, a las ocho de la tarde, -9,0 ºC entre Ólvega y Ágreda. Sí, vuelven los inviernos fríos...
Saludos!!
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