El temor entre la población a contraer la gripe aviar comienza a generar algunas anécdotas curiosas, a pesar de que esta enfermedad no ha llegado a España.
Una de ellas ocurrió recientemente en Alicante: una señora, al parecer de edad avanzada y preocupada por los animales, encontró en una plaza pública una paloma enferma.
Esta buena samaritana debía ser de las pocas personas que a esas alturas aún no habían oído hablar de la gripe aviar. O sí la conocía y decidió ignorar riesgos, a juzgar por sus actos, ya que se llevó el ave a su casa para curarla, según han relatado fuentes sanitarias.
Cuando la paloma agonizaba, la mujer optó por aplicarle un método de reanimación de lo más básico: la respiración artificial, que podemos denominar en este caso, más que «boca a boca», «boca a pico».
Pero no tuvo éxito y alguien debió alertarla de riesgo de su acción, o quizás se percató por sí misma, puesto que tenía síntomas de gripe. El caso es que acabó acudiendo al Hospital de San Juan, que es el centro de referencia organizado por la Conselleria de Sanidad para tratar casos de gripe aviar en la provincia, si es que los hubiera. Según informan fuentes sanitarias, allí está establecido un protocolo de actuación para tratar a posibles infectados. Pero no era el caso de esta persona que recogió a la paloma pues, según las citadas fuentes, presentaba una gripe de lo más común. Tampoco el ave tenía el temido virus.
Sanidad asegura que ni siquiera se llegó a activar el protocolo «ya que el caso se descartaba por sí mismo» y que tan sólo «se le realizó el análisis epidemiológico que se hace en estos casos».