La semana que viene parece que por fin podrían normalizarse las temperaturas, aunque aún está por ver si habrá un cambio de patrón y nos llegan ya frentes Atlánticos, el Pirineo necesita agua casi con urgencia. El año ha sido nefasto, tanto a nivel de temperaturas como a nivel de precipitaciones.
En cuanto a los glaciares, la clave esta en los veranos. De nada sirve acumular metros y metros de nieve si luego vienen acompañados de 4-5 meses de fuerte deshielo con una media de la Iso 0ºC por encima de los 3000 m. Después de un invierno extremadamente seco y una primavera discreta, todo hacía presagiar que los glaciares acabarían mal el año. Lo que nunca hubiera imaginado es que la neviza que aguanto al verano del 2018 se fundiría prácticamente en su totalidad este año. No sólo se ha perdido toda la nieve del 2019 sino que también la que aguantó del 2018. Así desde luego es muy difícil lograr ni siquiera que los glaciares se mantengan en equilibro. Y es algo que ya ha pasado en el presente siglo, que a un año bueno o un par buenos le han seguido 2-3 malos que han fundido casi al completo la neviza que se había conseguido formar, y así es muy difícil que se pueda formar hielo glaciar nuevo. Al buen 2010 le siguieron un 2011 y 2012 horribles, a un extraordinario 2013 y un buen 2014 le siguió un horrible 2015, y un 2016 y 2017 malos, después, tras un buen 2018, le ha seguido un horrible 2019.
En el contexto actual de calentamiento global, los glaciares del Pirineo tan sólo podrían entrar en equilibrio si se dan una serie de circunstancias. La primera es que dentro del año, la anomalía positiva se concentre en los meses de menor insolación, es decir, de octubre a marzo, y que por el contrario exista una anomalía negativa en los de mayor insolación, de abril a septiembre, o al menos en los meses de junio-julio-agosto. Además de esto, se necesitaría que aumentasen las precipitaciones de noviembre-mayo y que durante el verano disminuyeran. Que los inviernos sean más cálidos a cambio de mayores precipitaciones sería positivo, ya que para los glaciares es mejor que nieve a -3 a que lo haga a -15 (con temperaturas muy bajas la nieve tiene menor densidad y es más probable que sea barrida por el viento).
En cuanto a la cordillera Alpina, allí tiene pinta de que hay glaciares para rato aunque alguno pueda desaparecer, por encima de 3600-3700 m, al menos en orientación norte, siempre se acumula más nieve de la que se funde salvo años muy muy malos.
Os dejo algunas medias de Iso 0ºC aproximadas en la vertical del Pirineo occidental de mayo-septiembre de este año, para que veáis que con estos valores los glaciares lo tienen por ahora negro:
Mayo 2019: 2729 m. Junio 2019: 3543 m. Julio 2019: 4183 m. Agosto 2019: 3964 m. Septiembre 2019: 3646 m.
Y veremos como acaba octubre, pero tiene pinta que la media de la Iso 0ºC estará claramente situada por encima de los 3000 m.