Buenas tardes. Planteo este hilo para contrastar opiniones, datos e información sobre la influencia de la humedad atmosférica a la hora de la intensidad de una inversión térmica.
Especialmente, me interesa la influencia de la humedad mínima diaria (a partir de la cual, aproximadamente y como norma general, se suele dar la bajada) en el potencial inversivo.
No dispongo de datos de mi sensor del río Ungría (ojalá pueda comprarme un día un data logger más "potente" y con registro de hr), pero sí tengo los de la cercana estación de Armuña de Tajuña. De momento posteo dos ejemplos que he encontrado: el día 12 de agosto de 2017 y el día 25 de agosto de 2016.
Para la diferencia de temperaturas he considerado la máxima del día anterior y la mínima del día en cuestión (por ejemplo, máxima del 24 de agosto y mínima del 25). Así se muestra el descenso real que hubo.
Los datos del 2016 del Ungría en máximas no son fiables por efecto de insolación directa, pero estadísticamente el error encontrado respecto a datos de este año más fiables es de unos 2-3ºC. Este año aún no son 100% fiables, porque la orientación del valle es la que es y no da más de sí la garita, pero si son bastante más reales. Marco en rojo el dato original y al lado ubico el estimado real, usando ese valor como referencia para las disimetrías.
A lo que voy: obviamente, las temperaturas en altura son un factor muy determinante, al igual que la calma absoluta durante toda la noche (la presión me parece un factor menos relevante de lo que se ha comentado siempre). En invierno las humedades de partida son facilmente del 40% al iniciar el descenso, si bien es cierto que luego se llega siempre al 90-100% en estas zonas, por lo que el margen de humedad ganada suele ser parecido al de los días de verano.
¿Pensáis que una menor humedad de partida favorece una inversión más potente? No siempre, claramente, y sé que siempre se ha considerado la humedad como un factor clave a la hora de limitar el descenso, como es obvio. A lo que voy es a sí podría llegar a ser el factor más importante a la hora de determinar cuanto bajará la temperatura, especialmente en meses estivales.