Como dice Parungo: "felicitar a este OBSERVADOR infatigable , fuente de sabiduría, cancerbero de tantos y tantos datos históricos..."
30 años observando el cielo de Sevilla. Gran amante de la meteorología y sus ciencias afines, como a él le gusta siempre matizar. Y gran compañero.
Grande, Antonio.
Felicidades Antonio.
30 años de observación no se cumplen todos los días... además batiendo efemerides y viendo nevar justo un día antes.
Pues eso, no conozco a nadie que sepa tanto Meteorología, en su apartado de datos y efemerides, como este hombre y no sólo de Sevilla, sino de cualquier parte del Mundo.
Enhorabuena.
Un saludo.
;)
Mi más sincera y cariñosa felicitación para nuestro más sabio meteorólogo por afición y compañero de fatigas por esta zona de la geografía española...
Como bien dicen, 30 años de observación y dedicación plena a la temperie no se cumplen todos los días...
Por otros 30 años más Antonio!
Un fuerte abrazo! ;)
Sin lugar a dudas un MAESTRO, lo conocí en 2005,
y por varios motivos no he tenido el placer de volver
a escucharlo, pero creo que va a ser muy pronto....
Feliz cumpleaños Termos, enorme labor la tuya estas tres decadas,
dando las temperaturas del corazón de Sevilla, podemos conocer
lo que se cuece nunca mejor dicho dentro de la ciudad.
Que sean otros treinta, y muchísimos más....
;)
Enhorabuena a la gran enciclopedia meteorológica andante de Miraflores :P
Un abrazo.
Por supuesto me uno a las felicitaciones como he comentado en Seguimiento, desde luego es una cifra tremenda, cumplir treinta años de observaciones, que se dice pronto.....
Felicidades termos.El cielo de Sevilla te dió su regalo anticipado el domingo ;)
Gracias a todos desde el corazón.
Quería comentar aquí que sólo me considero
un servidor de los que aquí me habéis felicitado
y de todos aquellos que a diario aportáis también
de forma desinteresada, en el foro y fuera de él
lo que también supone una labor digna de elogio,
y que yo desde aquí agradezco.
Sólo hay que ver cualquiera de los temas que en
este foro se debaten y comprobar lo dicho con tantos
compañeros de afición, estudio y devoción. A los que
conozco y a los que algún día quizás conozca.
Por supuesto, al igual que ustedes, estoy para lo que
cualquier persona interesada o no quiera conocer de
este apasionante mundo.
Haré más adelante un resumen de lo que no es resumible
por muchas páginas que escriba: el estudio, observación y
toma de datos en la atmósfera de este pequeño rincón del
Mundo durante las tres últimas décadas.
Espero que no por ser tan dilatado este intervalo de tiempo
podáis considerarme de edad muy avanzada, pues si por
el espíritu si midera ésta, os diría que mi curiosidad, afición
y devoción por este mundo de la meteorología con sus ciencias
afines continúa igual que allá cuando siendo apenas un niño,
me inicié en ella.
No hace falta decir que lo que comenzó como una tarea en solitario
que me ha proporcionado y proporciona mucha satisfacción, puedo
y podés comprobar aquí, como en otras ocasiones, que también me
ha aportado algo que es en la vida fundamental: la amistad.
La amistad de cada de ustedes, y una amistad, que sepáis, recíproca.
Así, pues, con vuestro permiso, proseguiré aquí más adelante con
ese pequeño relato que os ofreceré cual presente entregado desde
el más agradecido corazón a los que esto leáis y a los que lo hagan,
quién sabe, desde el cielo, al que tanto admiramos.
Felicidades Termos, ya sabes que tienes toda mi informacion a tu servicio.
Felicidades Antonio ;)
Tuve la suerte de conocer a éste gran hombre en un encuentro el año pasado. Hablando de meteorología/climatología me dí cuenta que era un apasainado a la máxima potencia, amen de saber un sin fin de datos y anecdotas relacionadas con éste mundillo.
Te doy mi enhorabuena por estar 30 años al pie del cañón de manera infatigable y desinteresada.
Un saludo Antonio y que sean muchos años más. :)
Muchisimas felicidades, sigue disfrutando de ello
Vaya, me he enterado por casualidad, menos mal que me he dado cuenta. Enhorabuena Antonio, para mi lo más importante no son los 30 años, de hecho yo llevo hasta más, sino todo el trabajo realizado con constancia, seriedad, tesón y la pasión que se ha puesto en el mismo, los conocimientos adquiridos y, sobre todo, la generosidad de compartirlos con los demás; todo ello es lo que más te engrandece.
Recibe pues mi reconocimiento y enhorabuena
Muchas gracias Termos por tu desinteresada afición! Gente como tu facilita nuestro trabajo de análisis climático, homogeneización, etc. ;)
Antonio!! muchas felicidades por tus 30 años de observación y que sean otros 30 más!!
Un fuerte abrazooo
:D
Bueno, pues gracias de nuevo a los que me habéis
felicitado, pero creo que cada uno de ustedes os
merecéis otras tantas felicitaciones.
Como os dije, en agradecimiento, y como no podía
ser menos, paso a narraros en varios capítulos y de
manera suscinta lo que fueron los motivos para la
instalación del observatorio, algunas anécdotas, así
como algunos datos significativos del mismo relatadas
por este humilde observador.
ANTES DE LA INSTALACIÓN DEL OBSERVATORIO.
Podría decirse que desde que dejaran de tomarse datos
en la antigua estación meteorológica de la Universidad
de Sevilla (actual Escuela de Bellas Artes, en la Calle
Laraña), la ciudad quedaba huerfana en la continüidad
de unos registros climáticos que databan de 1870 para
la serie de temperaturas y algo antes, con largas lagunas,
para la pluviométrica.
Se terminaba así, allá por la década de los sesenta, lo que
fueron prácticamente un siglo de observaciones.
Los datos de los otros observatorios de la ciudad, los de
la Base Aérea de Tablada y los del Aeropuerto de San Pablo,
databan de 1923 y 1951 respectivamente y pertenecían
ambos a un medio no urbano y muy distante de la ciudad
(hoy no tanto).
Ningún dato para las temperaturas y casi ninguno para las
lluvias podían ser ya comparativos pues ningún observatorio
de registro de temperatura/lluvia continuó al de la Universidad,
quizás con la excepción de un pluviómetro de Emasesa cuyos
datos no eran publicados por la hoy Agencia Estatal.
Cuando siendo yo un adolescente se me ocurrió la toma de
datos, no era el motivo una continüidad en dichos registros,
en primer lugar porque poco sabía entonces del observatorio,
que había sido, del centro de la ciudad mencionado, y porque
no quería, ni lo pretendo, equipararme a lo que fueron observatorios
ejemplares y pertenecientes a la red principal de observatorios
del entonces Servicio Meteorológico Nacional.
La necesidad principal para querer iniciar una toma de datos era
que ya desde casi tres años antes de iniciarla (en 1977) yo ya
anotaba los registros diarios de los principales observatorios de
la ciudad y de lugares cercanos. Así están anotados, dentro de
un eje de coordenadas y en hojas que abarcacan dos meses.
Tuve que crear una simbología para cada observatorio, para que
en dichas hojas cupiesen todos:
El aeropuerto con un punto, Tablada con un cuadrado, Córdoba
con una "X", Ecija, con una "O". Estos simbolos determinarían
que al iniciar los registros de Sevilla "Miraflores", estos los escribiera,
y así sigue siendo, con uno de los símbolos más simples posibles
que quedaban para ser representados en un eje de coordenadas,
el símbolo "+".
Pero había un problema que me impedía poder apuntar estas
temperaturas a diario.
Por aquel entonces (años setenta), las ediciones de prensa no
trabajaban los domingos (por la noche), con lo cual el lunes no
había diarios y por tanto no podían saberse los datos del día
anterior (hay que aclarar que sí se publicaba "La Hoja del Lunes").
Ya desde el día en que mi padre me llevara, siendo yo casi un
niño, al entonces Centro Zonal (que estaba en el Pabellón Domecq
del Parque de María Luisa) expresé mi determinación en colaborar
en la observación y toma de datos de forma desinteradas, claro.
Pero en aquellos años no tenía el interés de hoy el clima de la ciudad
ni el crear más observatorio que los oficiales que ya prestaban su
servicio.....
Continúo próximamente.
Bueno, continúo de nuevo con el relato,
espero que no sean demasiado los días
desde que escriba uno y otros:
LA COLOCACIÓN DE LA GARITA Y LOS
PRIMEROS REGISTROS TERMOMÉTRICOS.
Mi determinación para comenzar la toma de datos
directa tuvo que esperar a las Navidades de 1979.
En aquellos días vacacionales, tuve tiempo para poder
hacer los trabajos correspondientes para colocar la garita
meteorológica.
Recuerdo que el precio de las garitas era prohibitivo, no
ya para mí, un estudiante menor de edad, sino aún para
cualquier persona.
No lo tengo apuntado, pero recuerdo que, en cambio, la
compra de la madera ya cortada ascendía a 1000 pesetas,
que no era poco en aquellas años, pero al menos nada tenía
que ver con el precio de unas garitas que de no ser proporcionadas
por el Servicio Meteorológico (que cambiaría a llamarse Instituto
Nacional por aquellos años), nadie, creo, se atreviera a comprar.
Justo cuando estaba metido en faena ocurrió algo que sabía no
iba a ser fácilmente repetible, pero que ya no podría registrar más
que en los datos indicativos del cuaderno de anotaciones meteorológicas
que ya comenzara años antes, en 1977: datos como la congelación del
agua en la azotea, la temperatura en el patio de mi casa, etc. pero no
la temperatura en la garita de la que hasta ahora ha sido la última vez
que el Aeropuerto se acercó a la cifra mítica de los 5 grados bajo cero.
Exactamente fue el día 22 en que San Pablo alcanzó los - 4,8 ºC.
Fue una helada desastrosa para los cítricos ya que en dicho observatorio
estuvo helando durante al menos 11 horas consecutivas. Sin embargo al
mío le quedaban unos días para estrenarse, lo que no pudo ser, hasta
ya terminadas las vacaciones de aquellas navidades.
Y así fue. Recuerdo la emoción de aquel momento, de aquella noche del
12 de Enero de 1980. Aquel día, como otros que vendrían, quedaría
reflejado en el centro de los ejes de coordenadas con una pequeña
cruz. Una cruz que apuntaba a lápiz, no con portaminas (pues aún no se
comercializaban como hoy, aunque ya existirían), y una cruz que no
era sólo un dato, sino que es un testimonio escrito a pulso de lo que
ocurriera en aquel día.
Así, estas cruces que reflejan la máxima y la mínima mantienen algunos
recuerdos imborrables, a veces dolorosos y personales, como la muerte
de un familiar que me acababan de comunicar (mi tío, en Noviembre del
80); otros eran históricos y preocupantes (Golpe de Estado del 23 de
Febrero del 81: casi 6 ºC de minima y 21 de máxima*); otros personales
y también preocupantes como mi incorporación a filas.....
* Este día, 23-02-1981, como curiosidad, apunto el dato de la Base
Militar de Tablada, anotada con un cuadradito, con 19 ºC de máxima,
5 ºC de mínima; o la mínima negativa del Aeropuerto al día siguiente
en aquella noche en la más de una persona no pudo dormir.
HORA DE LA TOMA DE REGISTROS Y OTRAS ANOTACIONES.
No podía pensar en aquellos años que pasado el tiempo iba a ser
lo más normal el que los datos se registrasen, como yo hacía y hago,
a las 00 horas. Cosa que hoy se da con las estaciones automáticas *
* Recuerdo que la primera estación automática, parecida a la que
podáis tener muchos de ustedes, y de la que tuviera noticia, la trajo
de EE.UU. un joven, anunciándola en la prensa. Fuí a verla a un piso
de Los Remedios, en la otra punta de la ciudad a un precio impensable
y con nulas posibilidades de descambiarla si tuviera algún problema.
Por supuesto, las estaciones manuales, como siguen haciendo, tomaban
los datos a otras horas, por la mañana, pero yo tuve que escoger la
medianoche por ser la hora en que entonces y para el futuro, pudiera
tener las máximas posibilidades de estar presente para tomar los datos.
Es la hora escogida para los datos del día, y por tanto "los obligatorios".
Sin embargo, aparte, están los nos preceptivos, y que son los que suelo
comunicar en "Seguimiento", los de las 18 horas.
Me consta que pudiera pensarse que resultarían "más duro" los registros
a las 18 horas en los calurosísimos días del verano, que a las 00 horas
de las noches invernales, pero al menos, para mí, lo segundo suele ser
peor, viniendo del calor de lo que aquí llamamos "mesa camilla" al frío
del relente húmedo de la noche.
No obstante, sí ocurre, en esas tardes caniculares que el Sol resulta
cegador, hasta tal punto que viniendo de la semioscuridad tengo que
ponerme "gafas de las de esquiar" para poder mirar hacia arriba, lo
cual me permite mediante una varilla, hilo y pluma, poder anotar el
más mínimo movimiento del viento. Claro que así nadie puede extrañarse
que después nos denominen "meteorolocos".
Otro incoveniente es el de la lluvia, como muchos de ustedes sabréis.
Cuando esto ocurre, no se puede utilizar paraguas, no sólo por aquello
de las salpicaduras, sino porque hay que tener las dos manos libres
para los registros de lluvias y temperatura.
Siguiendo con otro tipo de anotaciones que ya quedan ahí para la
historia, y por citar otro ejemplo, la del 14 de Junio de 1982: 35 ºC
a la hora del comienzo del partido Brasil - URSS, correspondiente
a los Mundiales de Fútbol que se disputaron en España, en este
caso en Sevilla. Además, creo que fue en esos momentos, cuando
se vivió otro acontecimiento: ! la guerra entre Gran Bretaña y Argentina
(Guerra de las Malvinas), había terminado !
Sigo próximamente.
Prosigo con la narración:
LAS HELADAS DEL 80/81 Y EL VENDAVAL QUE DERRIBÓ LA GARITA.
No quería perder el hilo, y así retomo el conflicto
con el que terminé, el de Las Malvinas, como un
ejemplo de lo que quisiera explicar:
Cuando se toman registros excepcionales, puede
parecer inevitable sentir una cierta emoción , que
en ciertas ocasiones puede ir a más, y rallar en
la euforia.
Estos registros, lógicamente suelen corresponderse
con situaciones extremas, y éstas, como tales, pueden
afectarnos a nosotros, ya sea a nuestro ánimo, a nuestra
integridad física, a nuestros bienes, o a las personas que
nos rodean.
Sin embargo, cuando esto no es así, ya sea por falta de
conocimiento o por ser difícil admitirlo, nos olvidamos de
las consecuencias nefastas de lo que llamamos "tiempo
severo".
Pocos podrían imaginar antes del 1 de Abril de aquel 82
que verían lo que tanto soñamos ver, algo tan maravilloso
y enigmático como la nieve. Y lo harían por primera vez,
ya muy avanzado el conflicto, ya que una gran parte de
los que aterrizarían a partir de aquel día provenían de
las provincias más templadas de Argentina, de un clima
muy distinto al de aquellas islas, donde como no podría
ser menos, algunos sufrirían el denominado "pie de trinchera",
es decir, la congelación parcial o total de los miembros
inferiores, ya fuesen los dedos, pies o incluso las piernas.
Pues bien, aquí viene el frío dato, nunca mejor dicho, ahora
transportados en tiempo y lugar, al invierno 1980/81 y en
Sevilla: El aeropuerto registraría nada menos que 31 días
de heladas que abarcaron desde fines de noviembre a Febrero.
Algo que haría las delicias de más de uno (podría añadir, de
nosotros). Unas estadísticas que no se han repetido desde
entonces, ni como es lógico, en el casco urbano: así la garita
meteorológica a mi cargo, que es de la que aquí hablamos
registró en el casco urbano: 8 días de (omitiendo décimas)
temperaturas iguales o inferiores al cero.
Pero fueron muchos más los que no llegaron al grado de mínima:
Así, bajo esta cifra, y si apuramos, diciendo que bajo el medio grado,
hubo hasta 7 días consecutivos, cifra no igualada hasta ahora:
fue el primero de ellos el 2 de Diciembre de aquel 1980.
Precisamente este mes, junto al posterior de Enero se situaría
a la cabeza de los más fríos de la serie. Habría que esperar a Enero
de 1985 para alcanzarse la misma cifra en todos: 10,7 ºC de
temperartura media mensual.
Y retomando el tema de sufrimientos, ahí está este último mes
mencionado, cuando el día 16 pude registrar la mínima más baja
(de nuevo omitiendo décimas): Dos grados bajo cero, igualada
con otros años como en el Enero de 1992.
En aquellos días del 85 recuerdo haber tenido que ir a la facultad
con el pijama debajo de los pantalones. Sin duda lo que más recuerdo
de aquel episodio de frío, fue ver algo que nunca hubise pensado.
Recuerdo la emoción de ver en una piscina el agua congelada en
los años setenta, pero ahora no sería la Sierra, ahora sería un
patio sevillano en el centro de la ciudad, y así estaba, con el agua
sólida, a las 14 horas, ante la perpleja mirada de los estudiantes
(y por si alguien dudara ocurriría por dos días seguidos).
Y seguimos con lo que años después se vendría a llamar "tiempo
severo" y, en este caso, mi particular disgusto.
Fue en Noviembre de 1982. El papa (Juan Pablo II) se encontraba
en la ciudad. Se había construído un altar en Los Remedios (donde
se monta la Feria) para la ocasión. Creo que fue a los pocos horas
de haberse celebrado el evento religioso cuando aquél, se vino al suelo.
Pero no sería lo único: El día 7 había registrado una presión atmosférica
de las más bajas que he anotado. Pues bien, en la madrugada de aquel
día la garita meteorológica se vino al suelo, partiéndose el instrumental.
Tengo anotado, que de los termómetros, se partió uno que costó 936 ptas.
(menos de 6 €), uno del modelo "Six Bellani".
En aquella década volvió a ocurrir otra vez, pero no más, pues la garita
desde esa última vez, se afianzó con cables sujetos desde arriba, y
así continúa agarrada por el techo a otro cable superior, aunque estos
haya habido que cambiarlos, obligados por el otro tiempo, el cronológico.
Sigo otro día.
Cita de: Termos en Domingo 31 Enero 2010 21:19:30 PM
No quería perder el hilo
Ni se te ocurra... :popcorn:
felicidades y que puedas seguir muchos años más!