Julio Verne y la Meteorología

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Re: Julio Verne y la Meteorología
« Respuesta #12 en: Sábado 02 Septiembre 2006 11:07:20 am »
Hola.
Tambien soy seguidor de Verne. Es mas, el año pasado estuve en Nantes viendo su lugar de nacimiento, y este verano estaba en Belgica y fui un dia a Amiens solo para ver su casa museo (donde vivio) pero me falto ver el cementerio donde su tumba es una de las mas bonitas del mundo. Os aconsejo ir a Amiens a ver su catedral gotica (la mas alta de Francia) porque es realmente impresionante. Si estais por Paris os aconsejo una visitilla.
Saludos a todos y a seguir leyendo.
 
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Re: Julio Verne y la Meteorología
« Respuesta #13 en: Sábado 02 Septiembre 2006 22:27:51 pm »
En cuanto a las novelas con mayor contenido meteorológico, creo que "Las aventuras del Capitán Hatteras (los ingleses en el Polo Norte)" sería una de ellas, sin duda, por la cantidad de descripciones detalladas de fenómenos ópticos y de otro tipo de fenómenos naturales que incluye (rescataré un día de estos algunos extractos del libro y los pondré en este topic).

Recuerdo vívamente la lectura de Las aventuras del capitán Hatteras, su lectura fue una de las primeras causas de mi interés por la meteorología. Conforme se van acercando al Polo, el frío y el hielo va haciendo mella en todos los protagonistas. El libro de aventuras por excelencia. ;D

Reconozco que no soy un gran seguidor de Verne pero reconozco mi admiración por su obra y por ser un precursor, un hombre adelantado a su época.

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Re: Julio Verne y la Meteorología
« Respuesta #14 en: Lunes 25 Septiembre 2006 22:54:29 pm »
Aquí os pongo un fragmento de la novela de Verne La ciudad flotante (1870):

"...el cielo se iba obscureciendo cada vez más. Todo el horizonte del Sur estaba encapotado; gruesos y espesos nubarrones iban aproximándose al cenit. La pesadez del aire aumentaba; un calor sofocante penetraba la atmósfera como si el Sol de julio cayese a plomo sobre ella. ¿No habrían terminado aún los incidentes de aquella eterna travesía?

-¿Quiere usted que le asombre? -me dijo él doctor, que estaba a mi lado.

-Asómbreme usted, doctor.

-Pues bien, antes de terminar el día tendremos tempestad.

-¿Tempestad en el mes de abril?

-El Great Eastern se burla de ellas -replicó Pitferge encogiéndose de hombros-. Vamos a tener un huracán hecho para él. Mire usted, esas nubes de mal agüero que invaden el cielo; se parecen a los animales de los tiempos geológicos, y antes de poco se devorarán.

-Confieso que el horizonte está amenazador. Su aspecto es tempestuoso, y de aquí a tres meses sería de su parecer, querido doctor, pero hoy no.

-Pues yo le digo -respondió Pitferge, animándose- que la tempestad estallará dentro de pocas horas. La presiento corno un storm glass. Mire usted esos vapores que se condensan en lo alto del cielo, observe esos cirrus, esas colas de gato que se cierran en una sola nube y esos anillos espesos que cierran el horizonte. En breve habrá condensación rápida de vapores, y, por consiguiente una producción de electricidad. Pero de pronto el barómetro ha bajado súbitamente a setecientos veinte y un milímetros y los vientos que reinan son los del Sudoeste, los únicos que producen tempestades en invierno.

-Sus observaciones podrán ser exactas, doctor -le respondí, como hombre que no quiero ceder-. Pero, ¿quién ha sufrido tempestades en esta estación y en estas latitudes?

-Se citan casos en los anuarios. Los inviernos templados se distinguen con frecuencia por tempestades. Si hubiera vivido usted en 1772, o para no ir tan lejos, en 1824, habría oído retumbar el trueno en febrero en el primer caso, y en diciembre en el segundo. En el mes de enero de 1837 cayó un rayo cerca de Drammen en Noruega causando estragos y daños de consideración, y en el mes de febrero de este último año, cayeron también en los barcos de pesca de Tréport, en el canal de la Mancha. Si tuviese tiempo para consultar la estadística le confundiría.

-En fin, doctor, puesto que se empeña... Allá veremos. ¿Tiene usted miedo del rayo?

-¡Yo! El rayo es mi amigo, es mi médico.

-¡Su médico!

-Sin duda. Aquí donde usted me ve, he sido atacado por el rayo el 13 de julio de 1837 estando en Kiew, cerca de Londres, y me curó una parálisis del brazo derecho que había resistido a todos los esfuerzos de la medicina.

-¿Se chancea?

-De ningún modo. Es un tratamiento económico, tratamiento por la electricidad. Amigo mío, existen muchos ejemplos, muy auténticos, que demuestran que el rayo sabe más que los doctores más sabios; su intervención es muy útil en casos desesperados.

-No importa -le dije-, tendré siempre poca confianza en su médico y no pienso llamarle.

-Porque no le ha visto ejercer. Escuche un ejemplo que recuerdo. En 1817, en Connecticut, un campesino que padecía de un asma tenida por incurable fue herido por un rayo y quedó curado radicalmente.

-Aquél fue un rayo pectoral. El doctor hubiera sido capaz de reducir el rayo píldoras.

-¡Ría usted, ignorante, ría cuanto quiera! ¡No entiende una palabra de tiempo ni de medicina!



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Re: Julio Verne y la Meteorología
« Respuesta #15 en: Lunes 07 Enero 2008 11:36:33 am »
Aquí van unos cuantos fragmentos de El faro del fin del mundo (1905):

El sol iba a desaparecer detrás de las colinas que limitaban el horizonte hacia el oeste. El tiempo era hermoso. Por el lado opuesto, algunas nubecillas reflejaban los últimos rayos, que no tardarían en extinguirse en las sombras del crepúsculo, de bastante duración en el grado 55 del hemisferio austral.

Verne apunta aquí el hecho bien conocido de la mayor duración de crepúsculo en latitudes altas de ambos hemisferios, al estar más inclinado, con respecto al horizonte, el plano de la eclíptica (marcado por la línea imaginaria que traza el sol en su recorrido diario por la bóveda celeste).

En los primeros días de servicio no ocurrió incidente alguno digno de mención. El tiempo se mantenía bueno, la temperatura, bastante elevada. El termómetro acusaba 10 grados centígrados sobre cero. El viento soplaba del mar, y generalmente no pasaba de ser una agradable brisa desde el amanecer hasta que anochecía; por la noche saltaba a otro cuadrante, soplando desde las vastas llanuras de la Patagonia y de la Tierra del Fuego. Cayeron algunas lluvias, y, como el termómetro iba en ascenso, eran de esperar algunas tormentas, que podrían modificar el estado atmosférico.

Buena descripción del cambio de la brisa de mar (virazón), que sopla de día, a la de tierra (terral) nocturna, así como el apunte final sobre la previsión de tormenta.

Durante su permanencia en la bahía nada tuvo que temer su comandante contra los vientos del norte, del sur y del oeste. Únicamente la mar gruesa hubiera podido molestarle; pero la primavera se había mostrado bien clemente, y ahora que ya reinaba el verano, era de esperar que sólo se producirían pasajeras borrascas en los parajes magallánicos.

Borrascas pasajeras en verano, como afirma Verne en la novela, pero no por ello poco peligrosas, ya que estamos hablando de los 40 rugientes, que se extienden entre los 40 y los 55º de latitud sur y que siguen siendo un reto para los navegantes.

Termino con un par de párrafos del capítulo III de la Primera Parte:

De noviembre a marzo es cuando la navegación se activa en los parajes magallánicos. El mar allí es siempre duro; pero si nada calma las inmensas olas de los dos océanos, al menos el estado de la atmósfera es más igual y las tormentas más parejas. Los barcos de vapor y los de vela se aventuraban con más seguridad en esta época a doblar el cabo de Hornos (...)

Hasta el 20 de diciembre no hubo que consignar más que observaciones meteorológicas. El tiempo se habla tornado variable, con bruscos cambios de viento. Cayeron fuertes chaparrones, acompañados a veces de granizo, lo que indicaba cierta tensión eléctrica en la atmósfera. Había que temer, por lo tanto, algunas tormentas, que serían de gran intensidad, dada la época del año.

Aquí teneis el faro que se localiza en la actualidad en el Cabo de Hornos, cuya construcción, en 1884, sirvió a Verne para hilvanar su novela. En realidad este edificio es una réplica del original, que se hallaba incluso en otro emplazamiento.



Corto y pego algo sobre la historia de este edificio (tomado de www.vagamundos.net)

"Faro construido en 1884 en la Isla de los Estados en Tierra de Fuego argentina, que sólo funcionó hasta 1902, sustituido por otro en la isla Observatorio. Su luz se apagó y cayó en el olvido hasta 1975, año en que fue nombrado monumento nacional argentino, y en 1997 finalmente volvió a iluminar tierras australes gracias a 8 marinos franceses que construyeron una réplica del original."

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Tengo encima de la mesa de mi despacho los dos tomos de las aventuras del capitán Hatteras (publicadas originalmente bajo el título de "Los ingleses en el Polo Norte"). En cuanto los releea tomaré algunas notas y rescataré en este topic algunos fragmentos de interés meteorológico.
« Última modificación: Lunes 07 Enero 2008 12:01:44 pm por spissatus »

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Re: Julio Verne y la Meteorología
« Respuesta #16 en: Lunes 07 Enero 2008 12:04:20 pm »
Hola que tema más interesante este. Yo me enganché con la isla misteriosa, allí hace referencia a Nieve y mucho frío en la isla. Algun personaje se extraña de esto ya que parece que la isla está a la misma latitud que España. Sin embargo otro personaje les dice que a pesar de la fama de España como pais del buen tiempo y del calor, en invierno puede hacer mucho frío en el interior.
Yo tenía 13 años y había vivido las nevadas del 83 85 y 87 que en bilbao cuajaron  y me quede sin ir al cole variso dias en las tres ocasiones. Me flipaba el frio.
Así que disfruté mucho con las descripciones de aquellos inviernos fríos de la isla, sin embargo hoy en dia me parece un tanto exagerado que bajara hasta -20 en la isla. Pequeña edad del hielo todavía? O ganas de darle más caña al relato?
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Re: Julio Verne y la Meteorología
« Respuesta #17 en: Lunes 07 Enero 2008 12:25:21 pm »
¡¡¡Interesantísimo topic, no lo conocía!!!

Existe un libro bastante desconocido de Julio Verne que se ha traducido como Sin arriba ni abajo a veces u otras como El secreto de Maston. Desde luego es un libro de clima, como veréis  ;)

Tiene como argumento a los habituales del Gun Club (De la Tierra a la Luna), como Barbicane y Maston,  que deciden comprar grandes extensiones de tierra en el polo norte porque traman un plan secreto... Construir un enorme cañón cuya fuerza de retroceso al dispararlo  mueva el eje de la tierra y deje el Polo Norte en latitudes más amables para poder explotar sus riquezas naturales.

El desenlace tiene bastante de moraleja.

La verdad es que mira que he leido a este hombre...

Saludos!!
« Última modificación: Lunes 07 Enero 2008 12:30:58 pm por Rub-Logroño »

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Re: Julio Verne y la Meteorología
« Respuesta #18 en: Miércoles 23 Enero 2008 12:14:33 pm »
Una de las novelas más "meteorológicas" de Verne es sin duda Las aventuras del capitan Hatteras (1866).



Sus páginas están repletas de bellas descripciones de los paisajes polares, con numerosas referencias al tiempo reinante (condiciones extremas) durante las aventuras de este intrépido capitán inglés, en su expedición al Polo Norte.




Varias citas del Capítulo XXIII:

"Los primeros días de enero, la temperatura se mantuvo a 37 grados bajo cero. Hatteras esperaba con impaciencia una mejora del clima. Consultó varias veces el barómetro, aunque sabía que no podía fiarse de él, ya que en aquellas latitudes pierde, al parecer, su exactitud."


"Al otro día, se emprendió la marcha con una temperatura fría, de 36 grados bajo cero, en una atmósfera pura.
De pronto se levantó una especie de vapor congelado que alcanzó una altura de  unos 30 metros y permanecio quieto. Aquel vapor se pegaba a los vestidos, cubriéndolos de agudos prismas, y no dejaba ver nada a un paso de distancia. Los expedicionarios sorprendidos por aquel fenómeno llamado humo helado, solo atinaron a tratar de reunirse, por lo que empezaron a llamarse unos a otros."


Ese humo helado, al que hace referencia, podríamos identificarlo con una "lluvia de diamantes", según se desprende de la descipción del fenómeno.


"El cielo, iluminado por un magnífico parhelio, despedía rayos pálidos que coloreaban la niebla, y las cimas de los icebergs parecían sobresalir como islas en medio de un mar de plata líquida. Los viajeros se hallaban dentro de un círculo que tenía menos de 35 metros de diámetro. La pureza de las capas de aire superiores, debida a una temperatura muy fría, hacía que sus voces se escucharan nítidamente..."



En el Capítulo XXIV, Verne resume con su habitual maestría los bruscos cambios de tiempo que acontecen en las regiones polares:

"El tiempo variaba con su movilidad habitual, pasando de un frío intenso a un estado de nebulosidad húmeda y penetrante"

Termino con un par de citas del Capítulo XXV:

"La luz procedente de los crepúsculos, reflejada por la nieve, abrasaba la vista."

"Aquel resplandor uniforme ofende, embriaga y causa vértigos. La tierra parece faltar y no ofrece ningún punto de apoyo en el espacio ilimitado. La sensación que ocasiona es parecida a la del mareo."



"Más allá del círculo polar, la nieve alcanza una temperatura tan baja que no se puede coger con la mano, como no se puede tomar un pedazo de hierro al rojo. Existe entre esa nieve y el estómago una diferencia tal de temperatura, que su absorción produce verdadero ahogo. Los esquimales prefieren sufrir la peor sed a meter dentro de sus bocas aquella nieve, que no puede reemplazar al agua."
« Última modificación: Miércoles 23 Enero 2008 12:16:16 pm por spissatus »

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Re: Julio Verne y la Meteorología
« Respuesta #19 en: Sábado 03 Enero 2009 11:06:59 am »
Los adictos a la RAM ya estaréis al tanto de los artículos que estos últimos 2 meses han salido publicados en la revista sobre el tema que da nombre a este topic, abierto en su día por FRENTEFRIO.

Desde hace tiempo me rondaba por la cabeza ampliar un poco más todo este asunto y dar forma a un artículo con algunas citas más de las que fueron saliendo en el topic. El artículo completo saldrá publicado en pocas semanas en la revista Mundo Verne (MV), y he querido sacarlo también en dos entregas de la RAM.

Aquí teneis los enlaces:

La Meteorología en las novelas de Verne (Parte I):
https://www.tiempo.com/ram/3609/la-meteorologa-en-las-novelas-de-verne-parte-i/

La Meteorología en las novelas de Verne (Parte  II):
https://www.tiempo.com/ram/3946/la-meteorologa-en-las-novelas-de-verne-parte-ii/

A finales de mes colgaré en divulgameteo el pdf con el artículo original de MV.


Un saludo a todo@s

José Miguel Viñas
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Re: Julio Verne y la Meteorología
« Respuesta #20 en: Domingo 04 Enero 2009 16:07:22 pm »
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