Un comerciante compró una lata de sardinas, que puso inmediatamente a la venta. La revendió un 10% más cara, alegando que eran las mejores sardinas que jamás habían capturado en el mar. Fué pasando de mano en mano, aumentando su precio, hasta que alcanzó cuatrocientas veces su precio. Y llegó un día, en que a un desgraciado, que había pagado una fortuna por la lata de sardinas, se le ocurrió abrirla...asombrado al ver que solo contenía, como era natural, media docena de sardinas pasadas de fecha, se preguntaba como era posible que le hubieran engañado de esa forma. El comerciante más rico del lugar, se le acercó burlón, y, simplemente le dijo: "amigo, es que esa lata de sardinas, es de las vender. Y en ningún caso es de las de abrir para ver qué hay dentro"
En fin...que tal vez sea ignorancia por mi parte. Pero también entiendo que el precio no es justificado.
Saludos