Hola a todos!! Con un poco de retraso pongo ahora este reportaje de la zona de La Vera, al norte de la provincia de Cáceres, otro de los lugares que recorrí con unos amigos a finales del mes de febrero.
Para empezar diré que es una zona que ya conocía da haber ido varias veces, pero que no me canso de visitar, además tengo amigos y familia también por esa zona de Extremadura.
El norte de Cáceres es una zona preciosa, de paisajes bastante diferentes a otros de la propia Extremadura. En estas comarcas, las montañas del sistema central, con Gredos a la cabeza, dejan su huella con picos de más de 2.300 metros de altura, las grandes dehesas de encinas son sustituidas en parte por bosques de especies muy diversas, los pueblos, pequeños en general y de arquitectura sobria y austera donde la piedra, el adobe y la madera son los protagonistas, aparecen diseminados por los grandes valles que riegan la zona.
Y es que si hay algo por lo que se caracteriza esta tierra es por el agua, Jerte, Tiétar, Ambroz....son algunos de los ríos que dan nombre a esos valles. A parte de las muchísimas gargantas naturales que bajan de las montañas, con aguas frías y cristalinas.
Lugares llenos de historia y de leyenda, donde el hombre está unido a la tierra, casi en perfecta armonía, en un entorno que muchas veces resulta idílico y dónde incluso la mente más cansada encontraría fácilmente la paz y el sosiego.
Durante siglos, algunas de estas comarcas han quedado al margen del tiempo, como una especie de “mundo perdido”, destacando el caso de Las Hurdes, en gran medida debido a las escasas o casi nulas vías de comunicación con el resto de España. Afortunadamente esta situación cambió y hoy días son zonas muy conocidas y visitadas, en dónde el turismo rural está más que consolidado. Sin embargo, ese aislamiento padecido durante tanto tiempo ha permitido conservar hasta nuestros días tesoros increíbles, tanto naturales como humanos.
Tras esta larga introducción voy ya con las fotos del reportaje, que como digo, pertenecen casi todas a la zona de La Vera, junto al Tiétar. Aunque como veréis tampoco pude fotografiar muchos pueblos, ya que en un día no da tanto tiempo y además el otro tiempo, el meteorológico, no acompañó en absoluto, con lluvia persistente casi todo el día.
Comenzamos en Jarandilla de la Vera, dónde la nieve dejaba una estampa preciosa:
El parador nacional de Jarandilla de la Vera, precioso, fue residencia temporal del emperador Carlos V:
Una garganta a la salida de Jarandilla, otras veces la he visto con más agua, aunque lleva más de la que parece:
En muchas de estas gargantas existen piscinas naturales para que la gente se pueda bañar en verano
De Jarandilla nos dirigimos a Cuacos de Yuste y de ahí al Monasterio de Yuste, lugar de retiro de Carlos V hasta su muerte:
De ahí nos dirigimos a Garganta la Olla, un pueblo que es mi debilidad, de los más bonitos que he visto, tiene calles que parecen sacadas del medievo, muchas de sus casas con inscripciones en las piedras de las paredes junto a la puerta de entrada y es que es un lugar donde la inquisición dejó huella.
Esta es la carretera que lleva desde el Monasterio de Yuste hasta Garganta la Olla, es imposible que tenga más baches de los que tiene, pero el paisaje es una pasada:
Nada más llegar al pueblo nos encontramos una preciosa garganta con su agua cristalina que baja de la montaña y una piscina natural aprovechando su curso:
Y esta es la misma garganta un poco más arriba:
Y esto ya es Garganta la Olla, es un placer perderse por sus calles:
Atentos a este callejón, a veces había que ponerse de lado para poder pasar:
Al final seguimos hasta Plasencia, aunque ya no pude hacer más fotos, salvo estas de la vuelta pasando por Monfragüe y como no, bajo una manta de agua:
Un miembro de la expedición no resitió tal baño de agua y lo pagó con un buen trancazo
Espero que os haya gustado y que os animéis a visitar esa zona alguna vez, merece la pena y se come de maravilla
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