Hombre Peak, veo que al final el asunto del calentamiento o enfriamiento se reduce a una cuestión divina, o de buena o mala suerte, o incluso de fe, más propia de la España que reflejó Berlanga en muchas de sus películas. Me lo temía...
De todas formas, gracias por atribuirme facultades para manejar el cambio climático, que no tengo, ya quisiera yo!