Soy pesimista.
Dudo mucho de que ese hijoputa llegue a pagar la multa, pero si me equivoco y así fuera, chapeau por la Diputación de Vizcaya y por las leyes de protección de animales. En algo habremos progresado.
Lo que es realmente triste es que se tenga que recurrir a sanciones y penas para evitar estos casos. Pero en fin, por desgracia también ocurre lo mismo con las agresiones a seres humanos. Si no hay leyes y policías, no hay nada que hacer. No tenemos arreglo.