Lo que se ha comentado sobre Danas que no dejaban precipitacion, en referencia a la poca actividad de estas, a pesar de su cercanía, en cuanto a precipitaciones en áreas costeras, tiene que ver con la dinámica.
Un área de bajas presiones con una vertical inestable térmicamente no dará precipitaciones en la costa si no tenemos advecciones horizontales a distintos niveles, es decir, una atmósfera baroclinica, esto es, frentes.
En el interior, donde el forzamiento ortográfico suple la ausencia de una dinámica baroclinica si hay precipitaciones, gracias a la inestabilidad latente por la distribución vertical térmica favorable y la pérdida de densidad del aire superficial por calentamiento diurno. Por eso las precipitaciones en estos casos son diurnos principalmente y en áreas interiores.
Desde luego, lo que ocurre en la vertical es básico. Para que exista un dinamismo baróclino es necesario un motor que desestabilice los diferentes pisos o niveles térmicos. Ese motor puede ser el grado de insolación, la temperatura del mar, la orografía, o incluso la resultante de fuerzas entremezcladas horizontalmente, etc.
Con respecto a la temperatura del mar es conocida la diferencia entre el Mediterráneo y la costa sur atlántica, más fría, con menos potencial, de forma que una dana hacia el Mediterráneo puede continuar con su gradiente térmico o también intensificarse. Sin embargo la costa atlántica andaluza, salvo situaciones aisladas en las que pueden desarrollarse hasta trombas en la costa onubense y gaditana, en general tiene menos potencial térmico en vertical debido a sus aguas más frías y su carencia de relieve orográfico suficiente.
Rescato un mapa de temperaturas de la superficie marítima de septiembre el 2014 en el que vemos claramente esa diferencia entre el Atlántico y el Mediterráneo que es clave para la reactivación del gradiente vertical.
El que nuestra península esté en general en zona seca en mi opinión no se debe tanto a la presencia de las altas de Azores como a la cercanía de África y su compacta dorsal tendente a ascender sobre nuestra superficie, tantas veces en lucha con las advecciones atlánticas o nortes. Es más, es el A de Azores es el que tantas veces nos da esos nortes, noroestes e incluso norestes, dejando colarse danas que pueden desarrollarse si los motores están activos. No hace falta que nos invada una siberiana para que se lie parda. Un ejemplo de ello es que ultimamente, a pesar de que su medio ausencia pueda hacernos pensar que es buena, si nos deja en terreno de nadie los motores se quedan sin gasolina y no precipita como pudiera parecer.
Ejemplo de vaivén de fuerzas entre la dorsal africana y el empuje norte, la semana que viene.
Para que exista baroclinidad es necesario que haya A a un lado y B al otro, o estar en diana con respecto a la circulación de ondas como Italia, cuya media de precipitaciones, nieves, tormentas, etc, es mayor que la de nuestra península, y más cuando le ayuda la fuerte gradación entre la calidez del mar y el frío continental y alpino, por no hablar de su orografía. Por tanto, la demasiada cercanía o la lejanía de altas presiones, que son clave para la formación de frentes, aumenta los valores barótropos (exceptuando otras circunstancias). Podríamos decir que si la anchura de la franja verde y amarilla de los mapas de presión es demasiado ancha favorece la estabilidad.
Observamos en los mapas de la próxima onda atlántica que se nos viene encima y vemos que el poder de ciclogénesis de la baja que se formó lejos no continúa sino que pierde su poder a medida en la que desciende hacia el sur. Por tanto sus frentes nos afectarán, pero con menos poder. Y aún así ocurre que cuando el centro de la baja pierde poder, los brazos que vienen enroscados del sur, persisten durante un tiempo al abrirse el espacio entre las isobaras, que estuvo junto en el océano, cosa que favorece la ausencia de viento y por tanto el aumento de la convectividad en vertical, que es también un motor generado por la diferencia entre la insolación de superficie y la dosis de frío en altura que traiga la dana, en este caso por el momento no muy potente. Este es el porqué en algunos casos da más agua una dana que un frente atlántico compacto con sus vientos y tormentas por cizalladura no estática.
Pérdida de poder de la baja por ausencia de centros de presión. Viernes 23.
Domingo 25.
Acumulados de precipitación de aquí al domingo a la noche, no muy importantes debido a esa pérdida de poder de la baja, pero sí generalizados al enroscar vientos del sur y por tanto con aumento de los capes.
Ojo al europeo porque nos envía un recorrido de la baja que podría cambiar algo las cosas.