Situación muy incierta en el cercano largo plazo. Altas norte con baja en su cara sur que a nosotros nos queda en el norte.
En el largo plazo los dos grandes coinciden en que emergerán altas presiones en Escandinavia.
En realidad las altas también están en el oeste, en Azores. Esta situación impide, a pesar de la tendencia a subir presiones de forma "local" en el norte, que el índice de la nao sea negativo. El cambio de patrón, entre otras cosas, consiste en que el Cantábrico no va a estar ocupado por la prolongación de las altas atlánticas sino por una vaguada de presiones algo persistente (de momento) en el tiempo.
Sin embargo en superficie hay una fractalidad como resultado de una "lucha" entre las altas presiones y las bajas de forma que sus ejércitos van ocupando y desocupando alternativamente los espacios medios entre los centros opuestos de presión. Una situación muy compleja donde el frío encapas superiores tiene momentos y espacios alternativos de alimentación. Es decir, probabilidad de formación de tormentas de forma poco predecible. Por un lado tenemos una diferencia muy grande entre las temperaturas del agua atlántica y mediterránea y una diferencia de potencial, a veces grande, entre el frío en capas superiores cuando a fractalidad de presiones lo permite, y el calor del calentamiento solar en superficie, y más cuando los vientos vienen del sur.
Un agosto muy interesante y difícil de predecir de forma local, en el que a corto y medio plazo el calor va a estar estizado debido al empuje atlántico desde el noroeste.
Los mapas de acumulados de ICON nos dicen que el este y noreste, también algo por el norte, van a ser los que más probabilidad tengan de tormentas, ya que en general estaremos en una corriente oeste este en la que la masa atlántica, al encontrarse con el calor peninsular y el del Mediterráneo, producirá una diferencia de potencial en altura.
Hipotética y profunda baja, preludiando el otoño, a largo plazo en el Atlántico.