Los caprichos de la meteorología. Estamos viendo durante todo este invierno como las configuraciones no están siendo nada favorables para conseguir estar simplemente en la media climática en cuanto a temperaturas en latitudes medias en muchas regiones del hemisferio norte. Vórtice polar estratosférico compacto, el troposférico también. Pues bien, a pesar de eso, el otro día en Bagdad nevó cuando hacía unos cuantos años que no lo hacía. Lo que digo siempre, a pesar de esas configuraciones nada favorables para bloqueos y sus posteriores descargas frías en latitudes medias, no es indicativo de que no puedas tener algún episodio puntual de frío excepcional. Una subida del Anticiclón un poco más al oeste de nuestra posición en vez de sobre nuestras cabezas hace que la descarga del poco frío que pueda haber en Europa se canalice hacia nosotros en vez de en los Balcanes-Turquía-Oriente medio como ya ha ocurrido varias veces a lo largo de este invierno. Pero este invierno no hemos tenido la suerte de cara, salvo la situación provocada por Gloria que favoreció al tercio este peninsular y Baleares. Algunos dirán que aquello no fue una situación de bloqueo propiamente dicha que nos trajera frío pata negra de latitudes muy altas, pero aún así fue lo suficientemente importante para provocar nevadas excepcionales en localidades de media altitud, sin entrar en los otros meteoros que nos trajo Gloria que pulverizaron algunos registros.
Con respecto al vórtice estratosférico quiero hacer una comparativa entre el actual y el que tuvimos en 2018 por estas fechas. Nada que ver, como ya ha comentado algún compañero. Obviamente eso tiene que marcar lo que ocurre más abajo a escala hemisférica, pero a escala mesoescalar que te toque o no la bolita premiada depende de otros factores mucho más sutiles.
Vamos a ver, analizando la evolución del vórtice de ese 2018 observando cuándo y cómo ocurrió su bilocación, si observamos señales que nos indicaran que es posible todavía en este invierno ver algún cambio abrupto en ese sentido.
25/01/2018: es el punto de inflexión ese año. A partir de ese día se iniciaron los cambios que desembocaron en una bilocación del vórtice.
26/01/2018: Se afianza el calentamiento estratosférico siberiano.
31/01/2018: El calentamiento estratosférico se mantiene bastantes días ocupando una gran extensión en Asia y Siberia.
08/02/2018: Hasta el 8, con mayor o menor intensidad se mantiene el calentamiento estratosférico siberiano. A partir de ahí ocurren cambios que desembocarán en la bilocación del vórtice.
09/02/2018: Aparece una nueva zona de calentamiento estratosférico más o menos súbito por norteamérica, manteniéndose también todavía, tras más de 2 semanas el calentamiento sobre Siberia. Esos 2 nucleos cálidos favorecen el germen de la bilocación que ocurrirá 24 horas despues.
10/02/2018: Se consuma la bilocación del vórtice que ya no vuelve a compactarse en todo ese invierno.
CONCLUSIÓN: Pocas. Analizar los vórtices de solo 2 momentos temporales no vale para sacar ninguna conclusión fiable. Simplemente quería poner un ejemplo de lo que se necesita para que un vórtice pase de estar más o menos compacto a estar dividido en 2 en cuestión de 2 semanas y pico. En el 2018 para dividirse en 2 contribuyó un segundo CSE formado en Norteamérica. Ahora no se ven indicios ni de CSE en condiciones en el corto-medio plazo ni nada que se asemeje a lo de 2018. No obstante, como ya he dicho anteriormente y en otras ocasiones, no necesitamos estas configuraciones para que se den condiciones invernales por nuestros lares. Así que seguiremos mirando detalles en la troposfera que nos puedan favorecer para que ocurran cosas cerca de nosotros.