Parece muy probable que el Atlántico siga aportando agua hasta el paso de una última vaguada, hacia mitad de la semana que viene, vaguada que dejaría, al llegar al Mediterráneo, una bolsa o gota fría que podría dar que hablar, enroscada sobre sí misma si las altas presiones norte hicieran, como así parece a día de hoy, acto de presencia.
Por otro lado, a partir del martes, la verticalización de las altas atlánticas, venidas desde latitudes altas, harían bajar las temperaturas con la llegada de las primeras nieves en las alturas. Estas semanas que vienen la cobertura de nieve aumentará drasticamente en el hemisferio norte con sus enfriamientos globales asociados siempre susceptibles de invadir zonas más meridionales debido a la formación de altas térmicas en el norte.
A nivel estratosférico hay visos de calentamiento, de momento débil, siberiano, que empujaría la masa gélida hacia el Atlántico norte.
Miércoles, 3, arribada de la corriente en chorro desde componente norte poniendo fin a esta saga de oestes para pasar a dar los grandes acumulados de precipitación en la línea cantábrica: