Aunque el otoño no ha llegado a su máximo esplendor en este rincón de Asturias, declarado
Reserva de la Biosfera por la Unesco en el año 2.000, el pasado puente pude disfrutar de un par de radiantes y espectaculares días en este paraíso. Dentro de un par de semanas, las hayas estarán con los colores más espectaculares del otoño, en contraste con los verdes prados de los valles y quizás con la nieve en las partes más altas de las montañas.
Comentar que los pueblos de la zona, por cierto muy bien conservados, disponen de una buena oferta hotelera, en forma de pequeños hotelitos/hostales de montaña, apartamentos de estilo rústico y sitios donde degustar la estupenda gastronomía asturiana, todo con un trato sencillo y amable. No hay masificación, por suerte, en parte debido a que no hay un gran nº de plazas hoteleras, pero sí hay un buen ambiente, ideal para relajarse unos días rodeado de una exuberante naturaleza (paisajes, fauna y flora).
Aquí está mi pequeño reportaje.
Somiedo y sus pueblos:
Agricultura minimalista:
Lo más representativo de la ganadería de la zona es el sistema de vida pastoril, en forma de las llamadas
brañas, zonas de la montaña media con abundantes pastos donde el ganado se alimentaba en primavera y otoño (en verano subían a las partes más altas), donde se construían las "cabanas de teito", refugio para el ganado y el pastor.
Braña de Mumián:
Abrevadero de animales:
Las
olleras, construcciones de piedra a modo de fresqueras con una corriente interior de agua y donde se introducían las ollas con la leche:
Cabanas de teito, en el Valle del Lago (valle en típica forma de "U", por donde en tiempos de la última glaciación fluía una gran lengua glaciar desde su circo, hoy ocupado por el Lago del Valle):
Rincón en el Lago del Valle:
Flora de Somiedo:
Hayedos en el Valle del Lago:
Hayedo de la Enraimada:
Hayedos en La Llamardal:
Hayedos en el Valle de Somiedo:
Hayedos y pastos en el Puerto de Somiedo:
Eso es todo, un saludo
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