Noticia de ayer:
Más de un millón de pequeños peces aparecieron ayer varados en la playa de La Griega, en Colunga, según cálculos de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma). Alrededor de la mitad de los ejemplares, en su mayor parte bocartes, lograron salvarse al resistir vivos en pequeñas charcas hasta que subió la marea. El suceso fue calificado de «inusual, anómalo, extraño y peculiar» por responsables de la Cepesma, que acudieron a La Griega tras ser alertados por un grupo de vecinos de la zona.
Los expertos aún no están seguros de las razones de este suceso, aunque avanzan que podría haberse debido a dos factores: la presión de los depredadores, tal vez delfines o atunes, o un simple «despiste» provocado por una corriente marina que desorientó al cardumen. En todo caso, la Cepesma no descarta otras causas. Lo que sí constataron los expertos fue una temperatura muy elevada de las aguas en La Griega, de 23,5 grados centígrados, muy superior a la habitual en esta zona del Cantábrico.
La Cepesma reconoció que la peculiaridad de este caso dificulta dar con una conclusión definitiva sobre la causa.
La presencia masiva de peces ya había sido detectada por algunos lugareños el pasado sábado. Entonces se observaron varios cientos de pequeños peces en algunas de las charcas que se forman en La Griega cuando baja la marea. El asunto llegó a su cenit ayer, hacia la una de la tarde, cuando quedaron atrapados en esas lagunas cientos de miles de peces. El 90 por ciento de los ejemplares pertenecían a la familia de los clupeidos y eran en su mayor parte bocartes, aunque también se observó un significativo número de una variedad de sardina. La mayor parte eran ejemplares juveniles de menos de siete centímetros de longitud, según los datos de la Cepesma.
Este organismo constató áreas con concentraciones enormes: superiores a los 500 ejemplares por metro cuadrado. Los peces atrapados ocupaban en La Griega una extensión de más de 2.500 metros cuadrados, que se encontraba totalmente repleta de ejemplares vivos y muertos.
Paradójicamente, la población de bocarte desaparece de las zonas habituales del Cantábrico entre otras muchas razones por la presión pesquera, pero también por las «graves alteraciones térmicas de las aguas oceánicas», según apuntó la Cepesma
Hoy han vuelto a aparecer más de el doble que los de ayer y en el Cepesma ya hablan de que puede deberse al calentamiento del agua del mar entre otras cosas.
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