De todo lo que dice Anton, probablemente donde menos razón tiene es en el tema del petroleo.
Pero tambien me parece curioso como ante todo un monton de dudas expuestas por Anton, algunos se quedan solo con el tema del petroleo y pasan olímpicamente de comentar gràficas como estas:
O frases como: "El IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) publicó en 1990 su primer informe. En una de las páginas del resumen inicial se vaticinaba que la temperatura en el 2025 habrá subido probablemente 1ºC con respecto a la de 1990. "
"De cualquier manera, la principal propuesta para evitar las emisiones de CO2 es la sustitución de los combustibles fósiles por otras fuentes de energía. De esta forma en Europa el lobby nuclear, muy influido por la empresa estatal francesa Areva, ha hecho todo lo posible estos años por demonizar al CO2, para contrarrestar el hecho de que la energía nuclear tiene serios inconvenientes, por sus riesgos de accidente como se ha comprobado en Fukushima, por la gestión de los residuos radioactivos y sobre todo, creo yo, por el enriquecimiento del uranio que puede ir ligado, si no se controla internacionalmente, a la proliferación de las armas nucleares."
"Si esto es así, si tenemos dudas de los cambios climáticos del pasado, a pesar de que cada vez tenemos más métodos y datos empíricos para conocerlos, ¿cómo no vamos a tener dudas de la evolución climática del futuro? "
Estas frases son dudas, que al menos ponen en jaque la teoría del calentamiento antropogénico, ni más ni menos, y la duda es lo que impulsa a un escéptico. La duda permite reconocer los errores. Dudar nos hace sabios. Son las personas muy seguras de si mismas las que realizan las mayores barbaridades. Son aquellos que se defienden con argumentos tan pueriles como que si no pasan 30 años no hay tendencia. ¿Porqué?, ¿Por que lo dice un comité de expertos? ¿Acaso la naturaleza les ha contado su secreto de que son necesarios 30 años para derribar teorías? ¿Porqué 30 y no 20 o 100.000 años? En fin, científicos como Anton nos hacen mejores a todos. Sin ellos estariamos perdidos y habríamos sucumbido a la gente que le gusta imponer la razón por la fuerza sin permitir que los demás duden de su razón.