Se ha comentado, por parte de buena parte de la comunidad científica, que el terremoto de 2011 en Lorca, ya de por sí horriblemente situada sobre una falla bastante potente, pudo tener relación con la sobreexplotación de acuíferos. Pero claro, aquel fue un seísmo muy superficial, lo que a su vez fue causa de la violencia generada. Creo recordar que se hablaba de una profundidad de 1.000 metros o incluso superior.
Más abajo de eso, me cuesta imaginar que tenga que ver con acuíferos. Con el fracking no lo sé, pero inyectar líquido a presión a altísimas profundidades me parece una forma bastante buena de desencadenar un deslizamiento de terreno e inducir seísmos. La experiencia reciente del proyecto Castor, frente a las costas de Castellón-Tarragona, invita a pensar en ello. Claro que primero se debería constatar que efectivamente se está produciendo fracking en la zona, porque de momento hay muchas cuadrículas autorizadas pero en muy pocas se está actuando, por suerte.