Por cierto, olvidé comentar que los periodistas nipones están teniendo un tacto encomiable. En ninguna de las tomas aéreas se ceban con la tragedia, sino que si ven que el agua va a engullir algún vehículo tripulado o un peatón, inmediatamente cambian de enfoque o cortan la retransmisión. Esa ausencia de sensacionalismo no sé si sería la misma en otros puntos del planeta.