Eso es cierto, en el mundo de los movimientos sísmicos solo se puede hablar de probabilidades, zonas de riesgo y poco más. Precisamente los periodos de retorno son una burda aproximación del riesgo que tiene una zona determinada en padecer un temblor de determinada magnitud.
Los periodos de retorno, como en meteorología, sirven para determinar la rareza de un fenómeno, pero nunca su frecuencia exacta. Obviamente puedes utilizar el ámbito geográfico que mejor te venga, por ejemplo: si te interesa saber el potencial sísmico de la zona de subducción del mar de Japón, tendrás que considerar todos los temblores que genere ese límite de placas, sin embargo, si te interesa saber la peligrosidad de un punto concreto (Fukushima, por ejemplo), tendrás que echar un vistazo al historial de terremotos sentidos en esa localidad únicamente, estimando los periodos de retorno de cada terremoto intenso. Fukushima sabemos que históricamente ha sido afectada por bastantes terremotos moderados de Shindo 4, varios fuertes de nivel 5, alguno puntualmente violento de nivel 6 (sin ir más lejos el del año pasado), y ninguno de 7. A partir de ahí, teniendo en cuenta el nº de temblores de cada tipo, puedes hacer medias y hacerte una idea... Si se pretende hacer un cálculo mucho más riguroso y con cierta base, ya sí que habrá que tirar de regresiones, aproximaciónes, relaciones de intensidad y demás cálculos matemáticos.
De todas formas con eso solo te puedes hacer a la idea, ya que en estos campos, como bien sabemos de la meteo, que un fenómeno tenga un periodo de retorno de 10 años puede significar que no lo veas en 60 años para posteriormente encontrártelo dos ocasiones el mismo mes... La media es esa: 10 años (o los que sean...), pero el régimen con el que se presenta no tiene por qué tener una periodicidad estable. Algo parecido ocurre con los terremotos...