A lo mejor, si la “única”, “todo-poderosa” y ya "Sacralizada” “Ortodoxa Ciencia Blanca” fuese un poco más humilde y no se empeñase insistentemente en menospreciar y apedrear los conocimientos ancestrales que el hombre ha ido aprendiendo en esta milenaria carrera de la vida, se hubieran podido evitar miles de muertes y desgracias. Pero no, es mucho más moderno, “sabio” y desde luego ególatra y millonario, pensar que el mundo lo hemos descubierto en los países “ricos” hace dos o tres décadas y que si no fuera por nosotros, por nuestros satélites, ordenadores y demás parafernalia de esta orgía planetaria que tenemos montada, el pasado ni siquiera hubiera existido.
Es la gran pena capital que ha de pagar el hombre por su conocimiento y estancia en este planeta y este tiempo; el pago por su soberbia y su vanidad. Su cruz, su muerte y su resurrección.
El conocimiento siempre nace en un núcleo y se extiende; se asocia a otros hombres y conocimientos, adaptándose a cada individuo y circunstancia, tomando mil caras y utilizando mil lenguas. Con el tiempo, los que van viniendo detrás dejan de comprenderlo y por tanto de creer en aquel camino que les permitió su propia existencia. Es más, surge la mofa, la burla, la necedad… hasta que llega un “socio”, un “listo” y dice: “¡Bah! Gilipolleces y bla, bla, bla… todo lo que no pueda yo explicar con los aparatos de “MI INVENCIÓN” (previo pago de su importe, claro está) es por que no existe, y a esos que hablan de supercherías y cuentos chinos deberían de encerrarles bien atados por que solo engañan a la gente (a lo mejor es que le joden a él su sucio negocio)… las cosas no son como siempre nos las han contado; son como yo digo e impongo que son y así lo pienso enseñar a los que vengan a mi templo sagrado de la ciencia, por que yo también quiero ser venerado y alzado en un altar como dios moderno que me considero”.
Acaba de nacer el moderno y superdotado “político-científico-empresario” actual. El nuevo sacerdote de la ultraortodoxa religión laica. El poseedor de los tres poderes.
Pobre necio… y pobres de lo que solo ven en él la única solución a las piedras del camino
¡Claro! Pienso yo, solo si él dispone una multimillonaria red de detección de riesgos y una inmensa red de subvencionados ejércitos de salvación, se podrán solventar los problemas de la humanidad. Habrá que expropiar, trasladar, politizar, mercantilizar, partidizar y acallar a todo pensamiento y hombre disidente. El gran "cochino" de oro anda suelto.
Pero agachar la cabeza y aceptar que sus conocimientos hace miles de años que ya fueron conocidos y adaptados por sus ancestros; que las lenguas y vanidades les dieron mil nombres distintos a las mismas cosas y que la única solución a los problemas es enseñar al hombre a reconocer su propio camino, sus piedras y así mismo y no a depender de los costosísimos templos de las perfídias, sería arruinar el negocio de su usura y su vanidad.
Es más rentable tener a mil negros muertos de hambre y dependiendo de sus condones y medicinas que permitirles que sean ellos quienes fabriquen sus preservativos y sus aspirinas.
Ahora hay que dotar a todo el mundo de carísimos aparatos de detección, prevención, alimentación, salvación y un montón de “ciones“ más, que consumen todos los exiguos recursos de esas poblaciones; que esclavizan a través de deudas imposibles e invasiones encubiertas las tierras de los hombres “pobres”, que permiten que esta fétida y gorda civilización blanca, siga esquilmando las almas del hombre y las conciencias del mundo en pos de las arcas de la vanidad, el orgullo y la economía…
Esta repugnante pústula está a punto de reventar y cuando ocurra, más de uno se va a llevar una desagradable sorpresa.
"-Un pajarito me indica que viene una gran tormenta; ha volado raudo hacía aquel árbol y eso, según me dicen mis artes e inspiraciones, es señal de gran tormenta. Habrá que ponerse a cubierto-" dice un pobre hombre, sin templo oficial, sin medalla alguna, sin más estudios que los de la observación de su simple vida.
"-A la hoguera, hereje, charlatán, engañabobos, brujo de mierda; a la hoguera pronto con él-" gritan raudos los grandes buitres coreados por los millones de cuervos que solo buscan algo de carroña con las que alimentar su estúpido ego animal: Monos, salvajes.
La tormenta llegó y los cuervos son ahora carroña. El “pobre hombre” sigue vivo junto al pajarillo y los buitres le andan buscando para robarle su arte y meterlo en la caja fuerte de los poderes, que solo son abiertos bajo pago del debido diezmo.
Guárdate bien “hombre pobre” pues en tu pobreza estriba la más alta riqueza. No están hechas las artes e inspiraciones para comerciar con los cerdos, ni por oro ni por medallas. Si no que son altas inspiraciones traídas para allanar el camino de los hombres que no pretendan sobre ellas. Artes libres de libres inspiraciones.
¿No te das cuenta, estúpido hombre blanco, que tu solo estás levantando la pira en la que serás incendiado? ¿Y luego qué? Habrá que buscar nuevos chamanes; quizá algún “idiota” pastor de alguna peña perdida sepa mejor que hacer. Yo mientras, iré haciendo mi petate.