Presento aquí mi resumen de lo acontecido el finde, desde mi perspectiva en Cuzcurrita de Juarros (Burgos).
El viernes, a eso de las 3 de la tarde, comenzó a nevar débilmente, y con copos de pequeño calibre. Sobre las 5 se intensificó la cosa, y a las 7 de la tarde, caída ya la noche, comenzó a cuajar en suelo urbanizado y carretera.
A eso de la medianoche, se puso a llover, de forma que se marchó la escasa harinada que tenían las calles. El sábado a mediodía comenzó a trapear con más intensidad y calibre que el día anterior, cuajando al poco tiempo. Las condiciones eran idóneas para cuajar y acumular, pero, tal y como predijo eficazmente el HIRLAM, paró al cabo de unos 45 minutos, y el cielo mostró claros y nubes de paso desde el suroeste, con viento apreciable, el resto del día.
El domingo salió un día medio despejado, de frío intenso, con temperaturas negativas gran parte del día, parece ser que en Soria ocurría otro tanto, pues tuvieron una máxima de 1,5º. Estas eran, sin embargo, las nivosas vistas hacia la cercana Demanda, en concreto la Sierra de Mencilla, pues Trigaza y San Millán no han estado visibles estos días.
No pocos rastros frescos en la nieve retan a mi cámara, presentándose las huellas de los animales más habituales de la zona: perdiz roja, jabalí, corzo, zorro, tasugo
En esta ocasión muestro un ejemplo de conejo, huellas delantera y trasera juntas.
Ayer lunes la cosa cambió bastante, se puso a nevar a las 11 de la mañana, y así estuvo 11 horas de continuo. Los copos fueron en todo momento de minúsculo calibre, pero la intensidad de la precipitación era maja, y acabaron por cuajar en el suelo con las últimas luces del día, cuando la temperatura había comenzado a descender.
Poco antes de parar de nevar, sobre las 10 de la noche
A la 1 de la madrugada, una vueltecilla con el perro por las tranquilas y silenciosas calles del pueblo. La carretera pa Burgos
Figuras fantasmagóricas con luz anaranjada
Esta mañana, antes de partir, otra vueltecilla por el pueblo e busca de imágenes blancas, pues se augura que pasado-mañana cuando regresemos, ya no tendremos el mismo panorama.
Por último, comparto con vosotros esta imagen que me ha retenido un rato, paladeando despacio la soledad silenciosa que desprendía. ¿Por qué estarán tan literariamente (y físicamente) asociados la nieve y el silencio?
Bueno, pues así es como he pasado yo estos días de interesante situación meteorológica, rodeado de trabajo pero con mucha paz, que ahora mismo ya estoy echando de menos.
Saludos, compañeros