Ayer, el forero calatañazor, otro amigo y yo, nos acercamos al valle del Revinuesa con intención de remontar un poco el río desde el Caserío de Sta Inés, atravesando el hayedo de Cabañas, uno de los mayores y más espectaculares de la provincia. Tenía yo, además, curiosidad, por ver cómo había afectado a dicho bosque la nueva pista auxiliar de la Laguna Negra al puerto de Sta Inés. El HIRLAM acertó de pleno, nos quitaba el agua por la mañana, y así fue. Lo que sí encontramos fue una densa niebla, que no echó para atrás, sin embargo, a los muchos visitantes que subían al punto de nieve de Sta Inés y a la Laguna Negra, por lo que vimos muchísimo coche, mucha familia con abuelo/a y críos/as, atropello de corzo incluido.
Una vez superado el cruce de la Laguna Negra, ya estuvimos más tranquilos, de aquí (entre 1300 y 1400 m) parte el enlace con la nueva pista viniendo desde el Caserío de Sta Inés. La nieve estaba muy húmeda, de forma que se andaba con dificultad. La sensación térmica era muy agradable, estimamos que la iso de 850 andaría por los 4-5º. En este punto el espesor de la nieve era de unos 15cm.
Así bajaba el Revinuesa a esta altura, como veis, mucho deshielo.
Aquí el amigo calatañazor calzándose las raquetas...
Enseguida entramos en el hayedo, comprobando que la pista es extraordinariamente ancha, con un importante terraplén nivelador en la vertiente que da a al río. Algunas hayas de portes tétricos surgen a nuestro lado entre la niebla.
Este hayedo ocupa una gran superficie, en las laderas del siempre vistoso Zurraquín (bueno, menos cuando hay niebla, claro). En este punto, a unos 1600 m, medimos unos 60 cm de espesor de nieve, siempre con la capa superficial muy húmeda.
La pista, como veis, más ancha que muchas carreteras de la provincia.
Pero lo que más nos llamó la atención de la nueva pista fueron, sin duda, este tipo de desmontes, tremendos:
Aquí calatañazor y el otro amigo, atravesando uno de estos desmontes...Por cierto, en los taludes de los mismos, había ventisqueros que superaban el metro de nieve.
Al descender, a mediodía, la niebla empezaba a levantar sobre las hayas
De esta forma se nos hizo visible el fondo del valle, con el rumor de un rápido Revinuesa, que deja a un lado los pinos albares, y al otro las hayas.