Respecto a la trashumancia, y en la línea de lapoveda y javalambre, quería dejar constancia de que, efectivamente, se sigue haciendo, si bien es cierto que no conozco ya ningún caso que lo haga a pata.
Lo de convertirse en pastor es algo que ha rondado por la cabeza de muchos, e incluso algunos lo han llevado a cabo, gente de gran ciudad, con estudios y trabajo, pero que un día se dieron cuenta de que se habían dejado llevar por la vorágine de la vida moderna, y que estaban viviendo conforme a un patrón que les había sido impuesto. Y ahí están, pastoreando, y con mucho tiempo para pensar, cosa que admiro, pues no sé si yo sería capaz de enfrentarme tanto tiempo a la soledad de mis traicioneros pensamientos.
Cambiando de tercio, en mi casa tenemos yugos de yuntas, trillos, dalles, tamices, todo tipo de arreos para machos y mulas, y de aperos. Yo he visto a mi abuelo usarlos, pero sólo a modo de demostraciones ya, aunque sí hemos participado algunos de sus nietos en la trilla, en concreto aventando paja en las eras... Por lo menos, yo lo sigo haciendo hoy en día con las vainas de las alubias que produce el huerto, algo es algo. Y coincido con febrero en que todo esto tiene un aire de melancolía, un eco de felicidad humilde e inconsciente a pesar de los golpes duros que daba la vida, de tirar para adelante sin pretensiones, sólo por cabezonería. Gente de voluntad soslayada siempre, ya fuera por caciques o dictadores, como el tío "Cigüeño" de la interesante novela de Carmelo Romero, "Calladas rebeldías". A mi me pasa lo mismo, amigo febrero, tengo un sentimiento de pérdida cuando miro a un pasado que no he vivido, pero que siento, y es que la sociedad moderna ha olvidado lo que era una transmisión continua de experiencias desde la antigüedad. Hemos marginado a los mayores, a los que se considera trastos inútiles que no saben ni manejar un móvil, cortando la cadena evolutiva y cerrándonos a recibir el saber acumulado. Hoy en día todo el mundo sabe manejar esta miscelánea infame de tecnologías, pero pocos saben en qué se basan, y de eso viven los que dirigen este planetilla...
En fin, lo dejo que me pongo chapas, y además siempre estoy con lo mismo. A ver qué tal interpretamos lo que nos viene estos días. Saludos