Vivimos en la sociedad del miedo. El miedo alimenta el consumismo. Y eso es lo que quieren las altas esferas, como siempre han querido a lo largo de nuestra existencia.
Ya hace siglos (incluso milenios), los astrónomos conocían la atmósfera y el universo lo suficientemente bien como para poder predecir los eclipses de sol o de luna, las tormentas, temporales, etc., y así hablaban de malos augurios o de finales del mundo, y tenían a la peña acojonada. Como eran los mismos que aconsejaban sembrar, laborar, recolectar en tal o cual fecha, el pueblo indudablemente tenía fe ciega en ellos.
Vamos, ahora es igual. Si la NASA dice tal o cual sobre una cosa y se verifica como cierta por nuestra propia observación, luego nos la pueden meter doblada cuando le salga de las narices.
Pero vamos, los "soniditos extraños" los podéis hacer vosotros en pocos segundos con cualquier sintetizador analógico, analógico virtual, por síntesis granular, por síntesis basada en fractales, o simplemente procesando un sonido ambiente natural, con uso de envolventes ADSR y modificando en tiempo real efectos como flanger, timestreching, etc... o combinación de varios de ellos a la vez.
Hay infinidad de aplicaciones de audio gratuitas, tanto de síntesis como de procesado de audio, con las que podéis hacer sonidos mejor currados que esos con un simple Pentium 133 y una Soundblaster 16. Para juguetear con estas cosas de manera sencilla os recomiendo para empezar con AudioMulch. Hay varios presets de serie que os permitiría hacer vuestros propios videos de sonidos extraños en pocos segundos
De hecho, si aparecen en 1997 los "soniditos del fondo oceánico" es porque en esas fechas empiezan a ser muy populares sintetizadores como Reaktor, que permitían hacer eso muy fácilmente en cualquier ordenador, y también el entorno VST (Virtual Studio Technology), introducido por Steinberg en 1996 en Cubase, que permitía en un solo editor midi/audio crear, secuenciar, mezclar, grabar, masterizar, todo en tu ordenador. Con sintetizadores modulares también es fácil (para el que sepa y los tenga, porque son muy caros y voluminosos), y aparte ya necesitas la mesa de mezclas y gaitas varias, vamos, que se te quitan las ganas de quedarte con la peña.