Ayer lunes la dana cruzó la península de oeste a este mezclando el frío en altura con el calor de superficie. Debido a ello las enormes coliflores nubosas se formaban en una dirección para a la tarde cambiar a la opuesta.
Íbamos de Madrid a Galicia. Desde la autovía en Madrid ya se divisaban al mediodía preciosas formaciones de cúmulos que iban acabando en un yunque general que se iba hacia el noreste. Como siempre ocurre las nubes parecían que estaban en Segovia, pero no, estaban más lejos aunque se iban generalizando poco a poco. Al cruzar el túnel se veía que detrás del primer yunque nos esperaban más estructuras verticales teñidas de color anaranjado ya que el primer gran yunque filtraba los rayos de un sol cenital.
Al llegar a la zona de la llanada de Villalpando vimos que el segundo frente de grandes coliflores formaba potentes bases negras con cortinas grisáceas de agua. Los rayos comenzaban a dar inesperados lamparazos. En un momento dado tuvimos que volver unos kilómetros ya que me dí cuenta de que se me debió caer el móvil al suelo en un campo de girasoles en donde poco tiempo me dió a hacer fotos con la cámara. Volvimos con bastante miedo, sí, miedo, y pudimos encontrar el móvil, que ahí estaba ya bajo un enorme bicho sobre nuestras cabezas. Huímos de ahí con el coche desde el que me atreví a bajar la ventanilla y sacar esta foto en marcha. Una pena pero aún así un trozo del bicho que amenazaba caerse al suelo desde lo alto. Una vez que llegamos cerca de Villalpando nos tuvimos que refugiar en un taller de coches porque lo que cayó del cielo en aquella llanada fué impresionante. Granizo, agua a mansalva, rayos espatarrantes, truenos ensordecedores y alocadas ráfagas de viento que entraban la cortina de lluvia adentro del taller. La capa de resonancia que hacía la chapa del techo no dejaba entablar ninguna conversación inteligible, la situación sólo daba para un emotivo y muy evidente lenguaje corporal. Pasada cerca de una hora decidimos volver a nuestra rodante jaula de Faraday y confiar en los dioses ... La lluvia fué general hasta Xinzo (Ourense). Habría que destacar los grandes mammatus hacia la sierra de la Culebra (Zamora), las preciosas nieblas en el puerto del Padornelo y las nieblas gallegas mezcladas con preciosos asperatus hacia el sur, y hacia el norte blanquecinos cúmulos asomando por encima de las siluetas montañosas y por debajo de los grises del yunque ya al atardecer. No hay más fotos porque la lluvia fué muy constante, con grandes y copiosos goterones en el parabrisas, y traicioneros vientos de lado cada vez que iniciaba una ligera apertura de ventanilla.
En fin, una maravillosa tarde con una espectacular sinfonía de formas y colores en el cielo en uno de mis siempre soñados avistamientos de tormentas de verano.
Foto del bicho medio grisáceo-azulado-anaranjado que teníamos casi sobre nuestras cabezas una vez que encontramos el asustado móvil unos 3 minutos antes de que comenzara a caer la del pulpo.
Un poco antes:
Situación hacia el norte antes del episodio, foto hecha con el móvil:
Situación desde satélite hacia aquella hora:
Me hubiera gustado compartir más fotos de aquella misteriosa y bellísima presencia ...
Saludos!
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