Bueno, ante todo, quisiera dedicarle este reportaje a mis compañeras de viaje, Cristina, Miriam y Pilar, las cuales sufrieron mi pasión por la meteo jaja. Así como a mi familia que son de las pocas personas que entienden esta locura mia, y en especial a mi padre que mediante mis indicaciones telefónicas supo conseguirme las imágenes de radar.
Nos encontrábamos de vacaciones en Oropesa del Mar y yo sabía lo que se nos presentaba. Por eso esa tarde no me despegue de mi cámara.
Crecían cúmulos por doquier, pero los más vistosos eran los que lo hacían sobre el mar.
Yo le comentaba a mi amiga Pilar la potencia y rapidez con la que se estaba desarrollando uno que teníamos delante, el más grande. Ella simplemente veía una nube como cualquiera y disfrutaba de la brisa marina mientras yo me empezaba a poner nerviosa jaja.
Se desarrollaba a una velocidad de vértigo.
En pocos minutos empezó a soltar la primeras cortinas de precipitación y seguía avanzando hacia la playa rápidamente.Se distinguía ya una interesante base negra que empezaba a moverse de forma turbulenta... Y entonces empezó a aparecer una pequeña protuberancia.
Podría ser..? No, no puede ser... sería tener mucha suerte...deja de soñar...
Pero aquello giraba... y se alargaba...
Estaba segura, Siii, lo eraaa! Era una tromba marina en toda regla! Pilarrrr Pilarrr!! miraaa, un tornadoo!! le gritaba mientras empezaba a ponerme de los nervios.
Mis otras dos compis venian a lo lejos y empecé a hacerles señas para que miraran al mar. Al fin me hicieron caso y se acercaron hasta nosotras.
Unas con miedo, otras emocionadas. Yo me salía... mi cámara echaba humo... pero aquello seguía acercándose, y
venía directo a nosotros.Los socorristas, que se encontraban a nuestro lado empezaron a echar a la gente de la playa, mientras seguía ondeando la bandera verde...
y ellos también querían irse, pero mi pasión en ese momento era enorme y no podía largarme de ahi, estaba dispuesta a tenerle a pocos metros para sacar la foto..
(inconsciente, diria Miriam)
Entonces advertí el peligro...
La tromba marina había alcanzado las boyas de la línea de playa (200 metros). Corrimos, corrimos como diablos, descalzas puesto que con las chanclas era imposible. Ya nos había alcanzado. Si miraba atrás todo era ruido, palmeras agitandose como si fueran de papel y una nube de polvo...
Por mi cabeza pasaba la única idea de buscar un refugio, pero no había dónde meterse. En ese momento me inundaba el pánico...Por fin pudimos entrar en la zona residencial y meternos bajo techo. Justo en ese momento el remolino nos paso por encima levantando polvo y deshechos de una obra que había al lado. Pero ya había acabado... se deshizo...
Tal vez lo que nos alcanzara fuera simplemente el remolino residual y por ese hecho no se puede decir que alcanzara tierra, pero fue como si lo hubiera hecho.
Cuando ya pasó todo y nos tranquilizamos un poco bajamos mi compi Cris y yo a ver los desperfectos.
No solo vimos que si que había causado daños, además también pudimos adivinar perfectamente la trayectoria del remolino.
Desde que se formó en el mar hizo exactamente una trayectoria en diagonal hasta llegar hasta nuestro edificio... casualidades..
El cielo hacia el oeste rugía de nuevo. Algo más se acercaba. Yo le decía a mi compañera, Cristina, esto es enorme! Se podía observar perfectamente como un manto de nubes negras bien estructuradas ocupaba todo el horizonte, echando rayos al fondo, detrás de las montañas y continuamente. Era la supercélula...y nos iba a engullir también.
Corrimos hacia el oeste para atravesar todos los edificios y tener un poco más de visibilidad. Me había dejado mi cámara en casa pero ahí estaba Cris con la suya. (Gracias
) Observábamos un arcus de una envergadura enorme. Eran las 8 de la tarde y con ese manto encima se hacía casi de noche.
Parecía inofensiva, pensé que si acaso nos pasaría rozando, pero de repente una corriente descendente de aire frio nos alcanzó. Me puso los pelos como escarpias, entre otras cosas porque era un aire increiblemente frío..
- Buf Cris vámonos ya de aquí., le dije.
Se levantó entonces una aire huracanado que me trajo "malos" recuerdos. Daba miedo...
Miriam nos gritaba desde el balcón que entráramos en casa... (jaja pobrecilla). Otra vez estaba de los nervios.
Cuando subimos salimos al balcón a echar un vistazo.
La estampa era de terror, por el oeste un monstruo echando fuego, y por el este el mar en auténtico estado de calma... ni una minúscula ola se levantaba... Pronto comenzó la fiesta...agua y fuego durante al menos una hora.
He aquí las imágenes:
Célula causante de la manga...