Otro dato para valorar dónde nieva más a cotas bajas:
- Huesca (541 msnm.) registra una media de 2 días de nieve en el periodo 1971-2000, con una precipitación de 535 mm.
- Logroño (352 msnm.) registra 5 días de nieve en el mismo periodo, con una precipitación de 399 mm.
El ejemplo creo que es claro: en Logroño, a los pies del Ibérico, nieva el doble que en Huesca, a pesar de que la capital riojana tiene bastante menos precipitación y está 200 metros más baja.
Pero es que Huesca ciudad no está en los Pirineos
Hombre, ya: ni Logroño en el Sistema Ibérico. Pero son dos ciudades cercanas a ambos sistemas montañosos y como comparación es interesante. Huesca está en la cara sur y Logroño en la cara norte, y parece que eso se nota.
Efectivamente, es más, hay que tener presente una cosa: el Ibérico Norte prácticamente es todo él "cara norte", ya que geológicamente se trata del reborde septentrional de la Meseta, quebrado y elevado.
La cara sur es únicamente una ladera, que es sobrepasada sin problemas por los vientos fríos y nevadores (del primer y cuarto cuadrantes). Éstos, llegan a la zona con poca distorsión al entrar en la Península por los puertos bajos de Cantabria, País Vasco y Navarra. Además, la disimetría entre vertientes hace que no se recalienten al llegar a la Meseta, cuya base tiene una notablemente altitud.
Esto lo veo yo a diario en mi pueblo, que destaca por su alto nº de días de nieve al año.
Así mismo, la posición occidental y meridional de sus grandes macizos (Mencilla, Demanda, Neila, Urbión, Cebollera, Montes Claros y Moncayo) hace que le afecten de lleno las muy frecuentes entradas atlánticas (Pico Urbión nos lo recuerda con frecuencia). Y lo mismo ocurre con las retrógradas mediterráneas, que llegan a la zona con poca distorsión, si son potentes (Febrero 1956 las conoce bien en su Arnedo). Ambas situaciones, aún procediendo de mares situados a centenares de quilómetros.
Por último, su posición sobre el Valle del Ebro facilita la formación de fenómenos convectivos en epocas equinopciales (otoño y primavera), dando éstos también nieve con cierta frecuencia.
Todo ello hace que, a pesar de ser un macizo pequeño y de interior, el número de días de nieve de que "disfruta" sea relativamente importante y en un periodo amplio.