La Vanguardia da una reprimenda al IPCC, y ya es curioso, por los últimos affaires conocidos (el gazapo de los glaciares del Himalaya, los correos electrónicos y los estudios chapuceros en su cuarto informe), eso sí, esa reprimenda no es una feroz crítica, como hacen los periodistas con los contrarios a sus tesis, sino más bien un toque de atención con tono muy paternalista.
Me llama la atención, no obstante, que en el último párrafo nos indica claramente quien marca el paso del IPCC:
"No obstante, es unánime la apreciación de que debe mejorar la selección de trabajos científicos que sirven de base al IPCC para hacer sus resúmenes de evaluación sobre el calentamiento. Por ejemplo, el IPCC se basó en un informe de la organización conservacionistaWWFpara pronosticar, con una alarma injustificada, que la Amazonia se convertiría en una sabana tropical con sólo un cambio de precipitaciones. Y otro informe de WWF estuvo detrás del error sobre la desaparición de glaciares en el Himalaya. El ansia conservacionista coincide muchas veces con las averiguaciones de los ecologistas; pero las intervenciones de estos últimos han perjudicado al IPCC. "Grupos como WWF no son científicos entrenados para manejar los datos. Pueden tener buenas intenciones, pero pueden cometer errores", declaró Georg Kaser, el climatólogo que advirtió al IPCC sobre el error del Himalaya."