Parameras Sorianas de la Sierra de Pela: la Música del Paisaje (II)

Redundando en los evocadores paisajes y en las sugerentes reflexiones de mi amigo febrero1956 (https://foro.tiempo.com/reportajes+de+viajes+pueblos+naturaleza+y+montana/parameras+sorianas+de+la+sierra+de+pela+la+musica+del+paisaje-t110469.0.html), a mí me gustaría mostraros otra visión de la misma comarca, una visión probablemente más prosaica, aunque igualmente dotada de belleza y sensación de autenticidad. Las localidades del suroeste soriano, hoy muy despobladas, albergan rincones históricos de gran valor, como la ciudad celtíbera y romana de Tiermes, excavada en la roca arenisca dando forma a habitáculos, puentes, puertas, edificios de varios pisos, e incluso un acueducto muy particular; las ciudades de Berlanga y Retortillo, el castillo de Gormaz, el pueblo amurallado de Rello, la ermita mozárabe de San Baudelio… todo ello acompañado de un románico profuso y esplendoroso, que se encuentra en cada rincón de esta comarca.

Sin embargo, me centraré más en la naturaleza de la zona. Lindante con Segovia y Guadalajara, esta esquina de Soria, alejada de la capital, es, ante todo, alta, seca, y fría. Se compone esencialmente de parameras calizas pobladas de sabinares y encinares, y surcadas por imponentes cañones, como el de Caracena y el de Torrevicente, donde el águila real, el buitre leonado, el alimoche, y algún que otro buitre negro se erigen en dominadores del cotarro. Estas parameras terminan en la Sierra de Pela, estribación nordeste del Sistema Central que penetra en Soria, y en la cual el panorama botánico se transforma de nuevo, con robledales de rebollo, álamos temblones, cerezos, serbales… Frente a la sierra, un largo acantilado de roca arenisca rompe el paisaje, ofreciendo un valle más húmedo en el que celtíberos primero, y después romanos, aprovecharon el paisaje para dar vida a una ciudad tremendamente especial, de la que hoy podemos aún observar parte del teatro, el acueducto, los desagües callejeros, y numerosas viviendas y estancias, todo ello directamente excavado en la roca…

Vista lejana del histórico castillo musulmán de Gormaz, dominando llanuras de sabinar y encinar


Detalle del castillo y del pueblo de Gormaz. La fortaleza califal de Gormaz es la más larga de Europa, con un perímetro amurallado de 1 km


Paredes de arenisca en el entorno de Tiermes


Desde allí, los caminos siguen hacia el sur en busca del pueblo de Pedro, en la Sierra de Pela, desde donde el citado acueducto llevaba el agua hasta Tiermes


Pedro, encantador pueblo situado a unos 1200 m de altitud


Vista del nacimiento del río Pedro, junto al pueblo, en ese valle envuelto en bruma, tras una zona de huertas con monumentales nogales


Bucólicas imágenes del Río Pedro a su paso por el pueblo del mismo nombre




Pedro cuenta, además de con un paisaje precioso, con una ermita hispano-visigoda del siglo VII, edificio del que lo que más me atrae, personalmente, es su sencillez




Entorno de la ermita

Siguiendo el valle hacia el este por pista, paralelos a la Sierra de Pela, encontramos el despoblado de Sotillos de Caracena, a más de 1200 m



El soto de este pueblo contiene una buena representación de álamos temblones


Más hacia el este, la pista nos conduce hasta otro despoblado, Manzanares, entre la Sierra de Pela…


…y los acantilados de arenisca


Gran serbal o jerbo (Sorbus domestica) en Manzanares


Entre campos de cereal y arboledas, pastados por las ovejas, levanta el vuelo (tercio inferior de la imagen) el águila real


Descubrimos también un buitre negro, infiltrado en un grupo de leonados, arremolinados entorno a la carroña


Después, alza el vuelo majestuoso



No me gustaría dejar de mencionar que este modesto reportaje deja fuera pueblos monumentales, y los sobrecogedores paisajes de hoces calizas que pueden visitarse por aquellas tierras. Y es que las fotos están sesgadas por la ruta de trabajo que seguí aquel día. Muchas imágenes quedan, pues, en el tintero, pero, como bien sabeis los que por aquí paceis, lo mejor es ver las cosas de primera mano y descubrir lo que las fotos no saben reflejar.

Como bien dice el compañero febrero, son tierras llenas de ecos, evocadoras, que entroncan con el mundo interior de las personas. Las vastas parameras del suroeste soriano están hechas de tierra y aire atávicos, que llaman a explorar las entrañas de uno mismo. Son como un mantra, que suena con distinta música para cada observador.

Interesante reportaje. Una pena los pueblos abandonados, viendo tu foto me recuerda a Mazariegos o Cortiguera (cañon del ebro) (pueblo en el que se baso y en cuyos alrededores se rodó la película El disputado voto del señor Cayo

Gracias, Tierras Altas, por este fantástico reportaje.
Saludos.

Aprovechando que estáis aquí los dos, a los dos os doy las gracias por tan fabulosos reportajes, Febrero y Tierras_Altas. Con el primero comentaba por privado el bonito viaje por la provincia de Soria que me pegué ayer (bueno, en realidad me recorrí todo el Sur de Castilla y León, desde Tornavacas hasta Soria capital siguiendo el trazado de la N-110) y quedé impactado por la fuerza de esos paisajes desolados.

Muchas gracias a los dos por compartirlo.

Saludos. 

Si todo va bien me quedan pocos meses para visitar esa zona....estoy deseando porque las fotos muestran unos paisajes que me fascinan.

Bonitos parajes, formaciones geológicas, animales y plantas...El jerbo, impresionante, por aquí también se le llama silbar (en la meseta), acerolo (también a Crataegus azarollus), y sorbeira, por el oeste del Bierzo, aunque es muy escaso. Uno de esos árboles llamados a desaparecer en cultivo...

Bonitos parajes, formaciones geológicas, animales y plantas...El jerbo, impresionante, por aquí también se le llama silbar (en la meseta), acerolo (también a Crataegus azarollus), y sorbeira, por el oeste del Bierzo, aunque es muy escaso. Uno de esos árboles llamados a desaparecer en cultivo...

Sí, de hecho esta especie era el objeto de nuestra jornada por aquellas tierras. Multitud de los ejemplares que aún quedan están en los alrededores de pueblos abandonados, y la regeneración es escasa. No obstante, también tenemos localizados individuos silvestres de sumo interés.

En otro tiempo fue una especie muy utilizada y cultivada, tanto por su valiosa madera como por su fruto, del que se obtenía el vino de jerbas. No era raro en huertas, márgenes de pastos y parcelas... Como tantas otras, es una especie que ha caido en desuso y peligra. Es lo que nos toca en nuestros días.

Sin embargo, hay un viso de esperanza para el Sorbus domestica, y es que su madera es sobresaliente, al igual que la de otras especies minoritarias de carácter heliófilo y pionero que ocupan de forma natural papeles secundarios en bosques de otras especies. Por eso lo estamos promoviendo para su plantación y uso en repoblaciones. Es una solución cojonuda para suelos calizos y climas áridos continentales, de las especies menos señoritas y más frugales, y en general presenta, de forma natural, buenas conformaciones.

PD.- en respuesta a lo que me comentaste hace poco por privado, amigo betula, he de decir que sí, que me encanta mi trabajo