Es bien sabido que los mayas eran unos excelentes observadores del cielo. Su exacto calendario da fe de ello. En Chichén Itzá encontramos un edificio que es un observatorio astronómico. Menos conocida es la faceta de los mayas como observadores meteorológicos. Quizás os sorprenda saber que -gracias a esas dotes observadoras tan desarrolladas que poseían- fueron capaces de deducir alguna de las características morfológicas de los huracanes que a veces barrían la Península de Yucatán, donde se localizaban sus ciudades.
Os pego el fragmento de un artículo que se refiere a este asunto:
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en algunos asentamientos mayas) se han encontrado esculturas de rara apariencia, cercanas a lo antropomorfo, que tienen cabeza, tórax y abdomen, pero sus extremidades se resuelven de la siguiente manera: las piernas terminan en una sola cuyo pie lleva garras, los brazos, uno sobre la cintura y otro sobre la cabeza, y ésta ostenta solamente un ojo. La posición de los brazos alude a la dirección que llevan los vientos cuando el fenómeno es observado con detenimiento; para la mentalidad indígena antigua, un ser con dos brazos actuando en direcciones contrarias. Su paso destructivo se representa con un solo pie…con garras. La zona en calma en aquellas piezas arqueológicas de las islas se muestra con un solo ojo. El artículo completo lo acabo de alojar en la sección de Historia de la Meteorología de Divulgameteo. Aquí os dejo el enlace:
http://www.divulgameteo.es/meteo.asp?id=3