Efectivamente, interesante respuesta, Ribera.
Además de la importante inversión que se produce en el centro del anticiclón (supongo que debido a la presencia de vientos débiles o calmas) hay que tener en cuenta que la posición del anticiclón, como sabes, es de vital importancia: si se sitúa en invierno de tal manera que al valle del Ebro aporta masas húmedas provenientes del SE en superficie, las posibilidades de ver nieblas o fenómenos de cencellada aumentan.
De todas formas, para este tipo de nieblas de irradiación el gradiente isobárico ha de ser débil, de lo contrario las nieblas serían barridas por el viento.
Saludos.