Iba tranquilamente dando un paseo, recreando la vista en las flores de los jardines por donde pasaba, cuando de pronto me fijé en un punto negro, que estaba en una rosa. Me fui acercando poco a poco y pude comprobar que era uno de esos desagradables insectos voladores, que con frecuencia nos molestan en verano y que estaba tomando un cálido baño de sol, posado en la flor. Me dispuse a la caza sacando mi vieja Canon y accionando el macro, la acerqué lentamente lo más que pude, para no espantar a la pieza y... zas; la mosca al saco.