Bueno, eso es todo de momento. Estoy preparando el reportaje completo, con las imágenes en alta resolución. A ver k tal.
De verdad, aún me cuesta creer que pudiese dar a basto con tanto correr de aqui para allá cruzando calles inundadas o cortadas, sufriendo por el agua que caía en la cámara en cuanto me descuidaba y pendiente de no perderme detalle de lo que acontecía alrededor. Le agradezco a mi amigo Alberto su ayuda, corriendo a buscar el objetivo adecuado cuando hacía falta, ayudándome a cargar con la bolsa o el trípode, o aguantando el paraguas incluso ayudandome a vigilar la carretera cuando paraba para captar una imagen. Y todo esto, así de repente. Sin previo aviso. Tuvimos que escaparnos los dos del trabajo. Las cosas siempre salen mejor cuando alguien a tu lado te apoya.
Hoy ha estado conmigo cazando unas interesantes fotos de rayos frente al mar, en las que he de fijarme bien, pues me parece que al menos asoma una manga...