Fallecimiento de tres personas por las fuertes tormentas del 1 de septiembre ocurridas en la provincia de Avila"Una riada arrasó gran parte de la localidad de Herradón de Pinares
Las intensas precipitaciones que se registraron en la tarde-noche del día uno de septiembre originaron diferentes inundaciones en la provincia de Ávila, causando importantes daños materiales en infraestructuras públicas y en bienes particulares, con la fatalidad de que dos vehículos que circulaban por la carretera nacional N-110, fueron arrastrados por las avenidas de agua, de modo que dos niños de corta edad perdieron la vida, así como una persona de 39 años.
El mes de septiembre ha sido trágico para la población abulense. Los servicios coordinados de protección civil tuvieron que emplearse a fondo para intervenir en las situaciones de emergencia que simultáneamente surgieron el primer día del mes. A primeras horas de la tarde, un importante incendio forestal se estaba desarrollando en la zona de Arenas de San Pedro. Varios chalés tuvieron que ser desalojados como medida preventiva. El fuerte viento reinante impedía que los medios aéreos pudieran actuar con eficacia. Este suceso motivó la declaración del nivel 2, conforme a la planificación de protección civil por emergencias de incendios forestales. Sin embargo, las tormentas de agua y granizo facilitaron su extinción.
Pero las fuertes precipitaciones que permitían apagar el incendio forestal, contribuyeron a la aparición de distintos focos de inundación. Las lluvias torrenciales que descargaban en el alto de Valdihuelo se dirigieron en dos vertientes: hacia el norte, provocando el desbordamiento de los ríos Ciervos y Cortos, donde fallecieron las personas arrastradas por la riada, cortando la principal arteria de comunicación por carretera con Madrid; y hacia el sur, donde el río Gaznata se desbordaba en todo su recorrido hasta el pantano del Burguillo, rompiendo la vía férrea Madrid - Irún y arrasando prácticamente la mitad del pequeño pueblo de Herradón de Pinares, donde el Gaznata que divide en dos la citada localidad -, arrastraba todo lo que encontró a su paso en compañía de toneladas de lodo y piedras.
Milagrosamente los vecinos de Herradón salvaron sus vidas. Muchos de ellos tuvieron que subirse a los tejados de las viviendas, poniendo en marcha su instinto de supervivencia y autoprotección. En otras zonas de Ávila, también la naturaleza mostró su cara más amenazante. El río Corneja destrozaba todos los puentes de comunicación entre un lado y otro de su garganta.
En Villatoro, el río Adaja ampliaba su cauce más allá de lo permisible. El arroyo Espinarejo se desbordaba a su paso por las localidades de San Pedro del Arroyo y Riocabado.
El fenómeno producido fue violentísimo. Nos encontramos ante unas inundaciones relámpago o tipo flash, de súbita aparición, a causa de tormentas que precipitaron enormes cantidades de agua sobre pequeñas cuencas habitualmente secas. Si bien la duración de estas tormentas es muy corta, las consecuencias que originan son de gran magnitud. La capacidad de arrastrar materiales se pone de manifiesto en estos casos. Las aguas de la avenida van acompañadas de enormes bloques de piedra, lodo y arena, que destrozan todo cuanto encuentran a su paso.
COORDINACIÓN DE ACTUACIONES
Sin que se hayan terminado de evaluar los daños, los destrozos causados se elevan a más de mil millones de pesetas. El sistema de protección civil funcionó desde el momento en que llegaron las primeras noticias de los sucesos producidos. Todas las administraciones, entidades públicas y privadas, y un gran número de voluntarios participaron activamente para la reducción de los efectos de las riadas. Sería muy prolijo enumerar a los que intervinieron y las actuaciones que llevaron a cabo. En síntesis, nos encontrábamos con dos puntos de vital importancia. Por un lado, se montaba el operativo de búsqueda de las personas desaparecidas en las localidades de Mediana de Voltoya y Berrocalejo de Aragona, con un importante despliegue de efectivos humanos especialistas en rescate, apoyados por otros recursos desplazados desde Madrid y Valladolid como los perros de rastreo.
El segundo frente de actuación se centraba en Herradón de Pinares. Las infraestructuras públicas habían desaparecido y más de setenta viviendas fueron afectadas por la inundación. Las que estaban más próximas al río Gaznata quedaron destruidas en su casi totalidad. La situación era grave y el primer objetivo fue proporcionar la primera ayuda a los damnificados. Aquellos que quedaron sin hogar se realojaron en viviendas de familiares. Durante los primeros días fue necesario suministrarles alimentos y bebida porque la riada había contaminado los víveres que cada vecino disponía. Inmediatamente, distintas empresas fueron contratadas para limpiar las toneladas de material - lodos, piedras, troncos, etc.- que el Gaznata depositó en el casco urbano de Herradón.
En todos estos sucesos la Dirección General de Protección Civil ha estado presente. El Director General Juan San Nicolás, acompañado del Subdelegado del Gobierno en Ávila, Javier Encinas, visitó las zonas afectadas. A través de la Unidad de Protección Civil se viene prestando todo el apoyo posible para mitigar los efectos de las inundaciones. Entre las actuaciones realizadas merece citarse el envío a Herradón de cinco módulos sanitarios, para facilitar el aseo y limpieza de los vecinos privados del agua corriente en sus domicilios. Además se ha puesto en marcha el procedimiento que establece la Orden ministerial de 18 de marzo de 1993, regulador de la concesión de ayudas a familias con escasos recursos económicos para hacer frente a los gastos que tendrán que soportar para reconstruir sus viviendas habituales, así como para resarcir a los Ayuntamientos afectados - principalmente Herradón de Pinares - de todos los gastos de emergencia que hayan realizado con la finalidad de garantizar la vida y proteger los bienes de sus habitantes.
Enlace
http://www.proteccioncivil.org/revispc2/rpc02_09.htmFotografía: Arrastres en la cabecera del Adaja. Ilustra parte del artículo, septiembre 1999