http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20080822/vizcaya/bilbao-emociona-voluntarios-rescataron-20080822.htmlHOMENAJE
Bilbao se emociona con los voluntarios que le rescataron de las inundaciones de 1983
El Ayuntamiento, en colaboración con EL CORREO, rinde tributo a los héroes anónimos que brindaron su esfuerzo solidario tras el desastre.
Bilbao tenía una cuenta pendiente con quienes le sacaron a flote tras la mayor tragedia que la villa recuerda: las inundaciones de agosto de 1983. Ayer, saldo su deuda en el teatro Arriaga, epicentro de aquel desastre. El Ayuntamiento, en colaboración con EL CORREO, decidió que esta Aste Nagusia, que celebra su 30 cumpleaños y conmemora el 25 aniversario de aquella riada, debía servir para rendir el merecido homenaje a todos los voluntarios, más de 5.000, que, consternados por la catástrofe natural y en pleno 'shock', se remangaron las camisas y pantalones, se calzaron las botas y se plantaron en El Arenal ofreciendo sus manos para lo que hiciese falta.
Nadie les llamó y a cambio de su afán sólo consiguieron no pocas magulladuras y cortes. De hecho, las asistencias sanitarias, muchas también voluntarias, dedicaron la mayoría de sus esfuerzos a atender a estos voluntarios sin los que la villa no se hubiera desprendido tan fácil del lodo.
El Consistorio reunió en el Arriaga a un buen puñado de aquellos héroes, hasta ahora anónimos, en quienes quiso personificar el agradecimiento público por su encomiable labor. En la entrada, les recibieron con su saludo festivo los gigantes y cabezudos. Y en la primera planta, en el 'foyer' del Arriaga, empezaron a encontrarse viejos conocidos y personas que, pese a no tener conciencia de haberse visto antes, se sentían unidos por algo importante. Tenían mucho de que hablar y recuerdos históricos que compartir. Las imágenes de la catástrofe que se proyectaban en varias pantallas daban pie a rememorar aquellos días.
Sobrecogidos
A ninguno les pasaron inadvertidas las 'katiuskas' verdes, palas, rastrillos y picos que, apoyadas en las columnas del teatro, les recordaban aquellos días titánicos. Una lucha contra el barro que parecía rebrotar de cada esquina tras cada golpe de rastrillo. La elección del escenario de este homenaje tampoco fue casual. El Arriaga también quería agradecerles que le lavaran la cara y le curaran las heridas que le causó la furia de la riada.
Puntual, a mediodía, llegó la Corporación municipal casi al completo, con el alcalde a la cabeza, y comenzó el acto con la proyección de un vídeo conmemorativo de la catástrofe que se desencadenó en la tarde del 26 de agosto. La grabación aérea de todo el recorrido de la ría volvió a sobrecoger a los asistentes por la absoluta devastación que dejó la crecida. En medio del escenario dantesco, miles de 'hormiguitas' no dejaban de moverse. Eran los voluntarios, rodeados de camionetas del Ejército, empujando barro casi con rabia, como quien limpia su propia casa después de un desastre.
Más de 5.000
Eran más de 5.000 y era imposible estrecharles la mano a todos ellos, así que el Consistorio entregó una placa de agradecimiento a diez de aquellas personas. Juan Roque, Izaskun Núñez, Garbiñe Recalde, Julio Pastor, Sebastián Martín, María del Mar Domingo, Luis García Jiménez, Begoña Gorostiza y Víctor Eriz personificaron el espíritu de superación y la capacidad de trabajo que la villa demostró hace ya 25 años. Emocionados por los recuerdos imborrables que se les agolpaban, siguieron con su placa entre las manos el segundo vídeo, el que mostraba la reconversión que ha esperimentado la villa en los últimos cinco lustros. Una nueva cara de Bilbao que dio sus primeros pasos de la mano, precisamente, de todos aquellos voluntarios.
Tras la emoción, hubo minutos para seguir conversando antes de bajar a la escalinata principal del teatro. Los asistentes les esperaban para el último aplauso y un dantzari les despidió con un aurresku de honor. Por fin, una pequeña obra teatral cerró el homenaje en el hall. Poco a poco, los homenajeados fueron perdiéndose por la Aste Nagusia. Por sus recuerdos.